Daniel Asuaje es sociólogo y activo miembro del Movimiento Decode. Está considerado como una autoridad en materia de encuestas a nivel nacional pero aprendió de su amigo Gustavo Salas Romer a mantener un perfil bajo casi místico. Dice cosas sencillas y demoledoras porque simplemente muestra a nuestros ojos realidades que nuestra mente selectiva ignora u olvida. “Eso de que éramos felices y no lo sabíamos no tiene ningún sentido para gruesos sectores poblacionales, para los pobres que nunca fueron felices y para el grupo etario menor a treinta años, el cual no tiene memoria de las cuatro últimas décadas del siglo 20. “
Para Daniel Asuaje existe una desconexión profunda entre el discurso político que hace referencias al pasado democrático y los paradigmas que manejan segmentos enormes de la población venezolana, es como si viviéramos en dos países distintos. ¿Es una desconexión epistemológica? Le preguntamos y nos responde;”Exactamente, tenemos dos historias sobre las cuales montamos conclusiones y razonamientos actuales y resulta que la nuestra, la que apela a las gestiones de los últimos cuarenta años del siglo 20 no existe para una parte del colectivo venezolano, gente joven a quien le enseñaron historia con un salto desde Bolívar a Chávez, entonces cuando nosotros elaboramos nuestro discurso partimos de un conocimiento, de un fundamento, extraño o desconocido para quienes tienen una noción histórica donde el chavismo es la continuación de la patria conquistada por Simón Bolívar, sin gestiones o trayectos intermedios. Tienes razón, es una desconexión epistemológica, es como si le habláramos chino a unas personas que ni siquiera saben que China existe”.
Para este distinguido integrante del Movimiento DECODE esta desconexión del discurso va acompañada de una desconexión sentimental porque el hacer política se ha mudado de las visitas a los barrios y comunidades a la presencia en las redes sociales, aunque debo advertir en abono a la dirigencia larense, que en nuestro Estado se observa un intercambio fluido a nivel personal entre los dirigentes partidistas y el hombre de a pie.
PROPUESTA
Para neutralizar o corregir este `proceso de la desmemoria colectiva que tiene en proceso el actual gobierno la respuesta es obvia, palmaria, supina, toca hacer campañas intensas de información para dejar claro que se hizo en estos cuarenta años de Democracia. Pero no en términos de confrontación ni pelea de ningún tipo porque el mensaje seria bloqueado inmediatamente por considerarlo propaganda política. Tiene que ser una información elaborada con absoluta objetividad y sentido práctico, Para ello desde el Movimiento DECODE podemos aportar ideas y esquemas de trabajo.
Respecto a su tema predilecto, las encuestas le preguntamos si eran útiles y esto dijo:
¿Sirven las encuestas?
Las últimas elecciones en Brasil pusieron sobre el tapete la correspondencia entre resultados electorales y resultados de las encuestas. El estrecho margen entre Lula y Bolsonaro hizo cantar a muchos que las encuestas se equivocaron, pero, ¿se equivocaron?
Primero veamos qué son las encuestas. Son estimaciones de lo que probablemente está ocurriendo en una población, hechas a partir de un muestreo de la misma. En aras de la brevedad hablamos solo de encuestas realizadas con sujeción a las técnicas estadísticas de muestreo. Una muestra puede salir mal, pero si se muestrea varias veces el fallo es raro. Por ej., un examen de sangre a partir de una muestra tomada a un paciente puede, eventualmente, salir mal a pesar de la competencia profesional de los laboratoristas. Cuando el examen es crítico se suele hacer dos exámenes independientes a partir de dos muestras tomadas al mismo paciente. Así se hace en las elecciones.
Aproximemos las encuestas a la idea de fotografía e imaginemos que el resultado electoral se parece al de una carrera de caballos. Una foto al momento de la partida diferirá de otra tomada a cincuenta metros de la llegada y nada, pero nada, obliga al resultado ser idéntico al de una de las dos fotografías. Ninguna encuesta predice el futuro, tan solo refleja el momento “fotografiado”. En Brasil las encuestas previas a las elecciones decían que Lula tenía sobrada ventaja y Bolsonaro estaba muy mal, pero el paso del tiempo achicaba la distancia y Bolsonaro casi pasa a Lula.
Los resultados finales pueden variar por varias razones. Primero porque, como en el caso de Brasil, las tendencias favorecen más a uno de los candidatos. También un candidato puede perder porque va ganando. Le pasó a Mitterrand en 1965. Las encuestas lo daban ganador y eso movilizó a los abstencionistas a votar por De Gaulle. Lo mismo puede pasar porque muchos simpatizantes dan por ganada la elección y no acuden a votar. Hay más razones, pero se agotó el espacio.
CURRICULO
Daniel Asuaje. Sociología UCAB. Articulista de El Universal. Asesor comunicacional e investigador de matrices de opinión. Director Gerente de Asuaje & Asociados. Ex gerente del Instituto GALLUP de Venezuela. Ex presidente de Gauss International. Ex director de Gesselchaft für Organisation Planung und Ausbildung, Venezuela (GOPA). Ex profesor universitario.