«Pese a la situación, Cáritas Lara continúa trabajando porque la Iglesia católica busca los recursos para ayudar a los más necesitados», afirmó Lesbia Cortez, coordinadora regional de la organización humanitaria.
Tras la suspensión de los programas auspiciados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Cáritas es una de las organizaciones afectadas. Sin embargo, Caritas Venezuela “asumió los proyectos y se seguimos adelante con los que tenemos”, expresó.
“Estamos esperando donaciones provenientes del exterior que se obtienen mediante proyectos», detalló.
Cáritas como ONG, así como la Iglesia católica siempre ha rendido cuentas de las donaciones recibidas y en medio de las evaluaciones y nunca ha habido objeción sobre el destino de los recursos suministrados. Vale resaltar su contribución de alimentos a personas de escasos recursos económicos.
Consultada sobre la entrega de medicamentos, expresó que las donaciones desde el exterior permitieron mitigar la escasez de medicamentos que hubo en el país. A diario, gran cantidad de pacientes o sus familiares acudían al sede de Cáritas, en la carrera 18 entre calles 34 y 35, centro de Barquisimeto, a solicitar los fármacos para sus tratamientos.
Pero, cuando empezó la guerra, disminuyeron las donaciones, porque éstas se destinan a los países en conflicto, pero ya el mercado se regularizó en Lara y los medicamentos están disponibles en farmacias, aunque costosos. Y Aun así resulta más económicos comprarlas en el país que traerlos desde afuera, comentó Cortez. AC