La celulitis es una infección bacteriana aguda de la piel y el tejido subcutáneo, causada, la mayoría de las veces, por estreptococos o estafilococos, y cuyo síntomas y signos incluyen dolor, calor, eritema que se propaga rápidamente y edema.
Se produce por una sobreproducción hormonal que hace que las células adiposas dejen de funcionar correctamente. Al no poder realizar su función de drenaje como deberían, dichas células se inflaman, aumentan de tamaño y se vuelven rígidas, interfiriendo así con la circulación de líquidos.
Principales causas
- Cambios hormonales naturales en la mujer como la pubertad o embarazo.
- La toma de alguna hormona artificial como estrógenos.
- Llevar una vida sedentaria.
- Una alimentación con un alta índice en sodio.
- Utilizar ropa muy ajustada.
¿Qué zonas son las más afectadas?
Se debe tener en cuenta que cada persona es un mundo y la celulitis se puede localizar en una zona u otra dependiendo de la persona, pero por norma general, la celulitis se localiza principalmente en abdomen, glúteos, muslos y nalgas.
¿Qué papel juega la alimentación?
Llevamos un tiempo hablando de la importancia de la alimentación saludable en nuestro día a día. Somos lo que comemos y en la aparición de la celulitis la alimentación también juega un papel protagonista.
Una dieta equilibrada y variada ayudará al correcto funcionamiento del sistema linfático y circulatorio, los dos focos a los que prestar atención.
¿Se puede prevenir?
Como todo, la celulitis es prevenible y la forma de conseguirlo es modificando algunos hábitos durante el día a día. Algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo son:
- Una dieta rica en potasio, vitamina C y vitamina E.
- Evitar los alimentos con sodio.
- No tomar alcohol ni café.
- No fumar.
- Beber agua en abundancia.
- Hacer ejercicio de manera regular.
Fuente: Imatclinic