El primer ministro británico, Boris Johnson, culpa en un artículo divulgado este domingo en el Mail on Sunday al presidente ruso, Vladímir Putin, y su «invasión bárbara» de Ucrania del repunte global en el coste de la energía.
En el artículo, Johnson dice que los próximos meses serán «duros» por las subidas energéticas pero que el Reino Unido remontará al tiempo que asegura que el Gobierno anunciará el próximo mes otro paquete de ayudas financieras, sea quien sea su sucesor -Liz Truss o Rishi Sunak- cuyo nombre se conocerá el próximo 5 de septiembre.
Según subraya, «fue la bárbara invasión de Putin la que agitó los mercados energéticos», provocando la subida en los precios de la energía y agravando la crisis del coste de la vida en este país.
«Es la guerra de Putin que está costando (dinero) a los consumidores británicos. Es por esto que se están doblando las facturas energéticas. Me temo que Putin lo sabe, y le gusta», indicó.
Johnson teme que algunos políticos europeos «suaves» no soportarán la lucha y arrojarán la toalla este invierno, «retirando las sanciones (a Rusia) y suplicando petróleo y gas ruso».
El político sostiene que «en este pulso brutal, los ucranianos pueden ganar y ganarán. Y también lo hará el Reino Unido. Cada día que pasa, la posición de Putin se debilita. Su capacidad para acosar y sobornar disminuye. Y la posición británica se hace más fuerte».
Johnson remarca que este país «tiene más que resiliencia suficiente para superar los duros meses que se avecinan y lo ha demostrado antes».
«Hemos adoptado decisiones para el largo plazo, como algunas sobre suministros energéticos domésticos, para asegurar que nuestra remontada sea notable y nuestro futuro, dorado», apunta.
El pasado viernes, el organismo regulador del sector energético británico, Ofgem, anunció que el precio máximo que las compañías de energía podrán cobrar a los hogares al año a partir del 1 de octubre ha sido fijado en 3.549 libras (4.202 euros), frente al actual de 1.971 libras (2.325 euros).
El alza energética responde al aumento de los precios mayoristas del gas a nivel global al reactivarse las economías tras la pandemia y por la guerra en Ucrania.