Este viernes 25 de noviembre, la Agencia Nacional de Gestión de Catástrofes de Indonesia, informó que ascendió a 310 la cifra de fallecidos, entre ellos muchos niños, a consecuencia del terremoto de magnitud 5,6 que sacudió la isla de Java el pasado lunes.
Un total de 24 personas siguen desaparecidas, dijo el jefe de la agencia, Suharyanto, que como muchos indonesios solo tiene un nombre. Indicó que el terremoto provocó corrimientos de tierra y destruyó edificios en la parte occidental de la isla.
Según Henri Alfiandi, jefe de los servicios de rescate nacionales, las búsquedas continuarán por lo menos hasta el lunes si no se encuentran todos los cuerpos.
«Los problemas son la inestabilidad del suelo, el grosor de los desprendimientos agravados por las continuas lluvias y el temor a las réplicas», declaró a Kompas TV.
Los rescatistas encontraron el viernes el cuerpo de una niña de siete años entre los escombros de una casa en el distrito de Cianjur, cerca del epicentro.
«El cuerpo fue inmediatamente entregado a la familia. La familia lo aceptó y la enterraron», dijo Jeksen Kolibu, un socorrista de 28 años.
Entre las víctimas hay muchos niños y algunos estaban en la escuela cuando se produjo el temblor.
Suharyanto informó que más de 2.000 personas resultaron heridas tras el sismo, 56.000 casas fueron dañadas y más de 62.000 personas tuvieron que evacuar sus hogares.
Indonesia, situada en el «cinturón de fuego» del Pacífico, donde se tocan las placas tectónicas, sufre regularmente a terremotos o erupciones volcánicas.