La oncena de Arabia Saudí montó una rebelión contra la lógica en el Mundial de Catar 2022. Los 36 partidos sin perder de Argentina llegaron a su fin en el Estadio Lusail. Arabia Saudí se impone con marcador de 2-1 ante la favorita Argentina en el estadio Icónico ante 80 mil espectadores
Argentina quiso abrir el partido rápido. Lo intentó Messi en un aviso tempranero. Arabia fue espectador de primera fila. A los 7 minutos, Paredes cayó derribado en el área. Slavko Vinvic revisó el VAR y, en una exageración prescindible, marcó penal. Messi no ha entendido jamás de burocracia. Cobró suave a la derecha del arquero, totalmente vencido sobre su izquierda. El gol liberó toda tensión preexistente, pero limitó el campo creativo del poderío albiceleste. Aparentaban tenerlo todo bajo control.
El quinto y quizás último intento de Lionel Messi de conquistar el único gran título que la falta arrancó de manera torcida, haciendo evocar el recuerdo de la derrota 1-0 de un equipo comandado por Diego Maradona contra Camerún en el partido inaugural del Mundial de Italia 1990.
Los saudíes, que en la primera parte no tuvieron remates al arco, tomaron desprevenida a la defensa albiceleste tras la reanudación.
Saleh Alshehri le ganó el mano a mano al zaguero debutante Cristian Romero y selló la igualdad a los 49 minutos con un zurdazo cruzado, en el que dio la sensación que el arquero Emiliano Martínez podría haber hecho más.
Ante una Argentina tambaleante, el capitán saudí Aldawsari clavó un derechazo en el ángulo ante la pasividad de De Paul y Paredes para bloquearle el remate a los 53.
Mientras sus hinchas, que acabaron imponiendo mayoría en las tribunas del estadio Lusail, deliraban, en el campo de juego varios jugadores saudíes se tiraron al piso en posición de rezo.
Foto: AP