Hoy, 28 de junio, el eco de un compromiso inquebrantable resuena en la memoria colectiva de Venezuela al conmemorar el 97° aniversario del nacimiento del Dr. Eduardo Gómez Tamayo. Su vida, un testimonio de civismo y dedicación, ha dejado una huella imborrable en la historia del periodismo y la política de nuestro país.
Aunque su presencia física ya no esté entre nosotros, su legado sigue intacto, impregnando cada página de la historia del país. Gómez Tamayo sembró un pensamiento que se materializó en las letras de EL INFORMADOR, un medio que nació de su firme convicción por una prensa libre, plural y valiente.
EL INFORMADOR, del que fue fundador, se destacó por abrir espacios a las diversas voces del país, denunciando injusticias y promoviendo valores en una época en que el silencio era la opción más fácil.
Su espíritu revolucionario ha trascendido generaciones, y su convicción por el periodismo comprometido se mantiene viva en la versión digital del diario.
El Dr. Gómez Tamayo no solo fue un referente en el ámbito periodístico; su vocación por el bien común lo llevó a asumir roles importantes en la política. Como presidente del Congreso Nacional, defendió los principios democráticos con valentía, representando a Venezuela en organismos internacionales con la fuerza de ideas globales y un profundo amor patriótico.
El libro “Vivencias de un hombre de consenso”, es un compendio de recuerdos y reflexiones que sintetizan sus pensamientos y experiencias en la política y la gestión pública. En sus páginas, el Dr. Gómez Tamayo comparte una visión clara y transparente de su vida, ofreciendo una mirada profunda sobre lo que significa liderar con ética y amor por la patria.
Hoy, más que nunca, recordar al Dr. Eduardo Gómez Tamayo es abrazar su ejemplo. Es reconocer que la ética es una brújula que nos guía; que el amor por Venezuela se demuestra en acciones concretas y que el verdadero liderazgo surge del servicio. En su legado, encontramos la inspiración para construir un futuro más justo y libre para todos los venezolanos.
Por: Chepita Gómez