El rey Carlos III se dirige este martes a Irlanda del Norte para la siguiente etapa de su gira por los países que forman Reino Unido, mientras miles de personas hacen fila durante la noche para presentar sus respetos al ataúd de su madre en Edimburgo.
Carlos y sus hermanos, Ana, Andrés y Eduardo, velaron brevemente el ataúd de su madre, cubierto por un estandarte en la Catedral de St. Giles, mientras la gente pasaba al lado.
El martes por la mañana, un hombre con un traje adornado con medallas se plantó en silencio ante el féretro, agachó la cabeza y siguió su camino. Una mujer se enjugaba las lágrimas con un pañuelo. Otra mujer pasó despacio con dos niños pequeños vestidos con uniforme escolar.
Algunas personas incluso pasaron junto al ataúd y volvieron a la fila para ver una segunda vez el féretro de la única monarca que recuerda la mayoría de los británicos. Los elogios a la reina han sido casi unánimes en Escocia, donde murió en su amada finca de Balmoral tras 70 años en el trono.
Está previsto que tras pasar la mayor parte del martes en la catedral, el ataúd de la reina se llevará en avión de vuelta a Londres y a su residencia oficial allí, el Palacio de Buckingham.
Fuente: AP