La petrolera estatal de Brasil, Petrobras, podría retrasar el mantenimiento crítico de las refinerías a pedido del gobierno central, en medio de una crisis de combustible en la economía más grande de Latinoamérica.
Posponer las obras en las plantas Revap y RPBC de Petrobras, que representan cerca del 16 % de la capacidad de refinación del gigante amazónico, mantendría el flujo de diésel en un momento en que la escasez de suministro mundial está obligando a algunos compradores a racionar el combustible, mientras que otros se enfrentan al aumento de los precios de los combustibles en medio de la guerra de Rusia por la invasión a Ucrania.
Brasil, uno de los mayores importadores de diésel en toda América Latina, depende de suministros extranjeros para dos de cada 10 galones que consume. Los precios del combustible en el país, uno de los principales compradores del costoso diésel estadounidense, están cerca de un tope.
Petrobras aún no ha tomado una decisión sobre el aplazamiento, pero dijo que postergar los trabajos hasta 2023 no afectaría la integridad de las plantas mencionadas. El fabricante de combustible aún planea seguir adelante con las obras planificadas en sus refinerías Recap, Repar y Replan entre los meses de agosto y octubre.
La compañía ya ha estado operando sus refinerías a un máximo de siete años en un intento por controlar el alza inflacionaria antes de las elecciones presidenciales. El presidente Jair Bolsonaroarremetió públicamente contra Petrobras por el elevado costo de los combustibles, después de que las protestas de camioneros por los precios causaran estragos en 2018. Esta semana, Caio Paes de Andrade fue aprobado como nuevo CEO de Petrobras, la cuarta persona al mando este año en medio de la disputa por el combustible.
Fuente: Bloomberg Línea
Foto: AP