Las madres de jugadores de Marruecos son sus inpiraciones, los animan y los ligan en cada uno de los partidos donde participan en el Mundial de Catar, cuando ya están en semifinales y enfrentan a Francia este miércoles 14 de diciembre.
El volante Sofiane Boufal recibió a su madre en el terreno cuando su selección eliminó a Portugal 1-0 en cuartos de final, para avanzar a semifinales junto con Argentina y Croacia, que aventajaron a Países Bajos en penales 4-3 y Brasil también en la misma instancia 4-2.
Walid Regragui el técnico de 47 años que tiene cuatro meses con el equipo, tomó una serie de decisiones que explican por qué se ha convertido en el primero del continente africano que alcanza una semifinal de la Copa Mundial, incluso hasta la importancia de la adulación de todo el mundo árabe.
Primero se aseguró recuperar las aportaciones de Hakim Ziyech, una de las principales estrellas de los Leones del Atlas. El volante ofensivo del Chelsea inglés estaba peleado con Vahid Halilhodzic, el predecesor de Regragui en el banquillo marroquí.
También decidió adoptar un esquema 4-1-4-1, que se ha cumplido a rajatabla en cada juego del torneo en Catar. Los marroquíes se repliegan astutamente atrás, para acto seguido apretar al oponente, con el fin de forzar el error y lanzar rápidos contragolpes. Apenas han encajado o han cometido una falla de un tanto en cinco encuentros y el mismo fue un autogol.
¿El otro factor?: Las madres de los jugadores. Regragui más allá de cualquier táctica entendió el concepto de tener un buen ambiente en el seno de la selección, una sensación de identidad. El DT con el aval de la Federación Marroquí decidió que sus jugadores inviten a sus mamás, incluida la suya, a la concentración en un hotel entre los rascacielos de West Bay, el distrito financiero de la capital Doha, cubriendo y pagando todos los gastos. No se sabe de otra selección que conviva con sus madres en este Mundial.
Luego de cada logro histórico de la selección en este Mundial, los festejos han tenido como protagonistas a las progenitoras, una figura muy influyente en la cultura árabe. Después de transformar el penal decisivo para eliminar a España en los octavos de final, el lateral Achraf Hakimi, la otra gran figura del equipo, corrió a besar y abrazar a su madre, que estaba en la primera hilera de las butacas del estadio Education City.
La escena se repitió la noche del sábado 10 en el Al Thumama, luego que Marruecos doblegó 1-0 a Portugal. El mediocampista Boufal se puso a bailar con su madre en el césped. “Mi madre es lo más importante”, había dicho Boufal luego de la victoria ante España. “Las emociones que el fútbol genera te vuelven loco. Tener el apoyo de tu familia es lo más importante”.
La selección norafricana apenas había ganado dos de sus 16 partidos previos en cinco mundiales antes de Catar. Su mejor resultado habían sido los octavos de final en México 1986. No se le identificaba como favorita para sobrevivir a un grupo de primera ronda en el que enfrentó a Croacia y Bélgica, semifinalistas del pasado Mundial. El súbito cambio de técnico a pocas semanas del debut no invitaba al optimismo.
Pero aquí están, preparando y organizando el choque en las semifinales contra la campeona vigente Francia, país donde Regragui nació. No debe sorprender, porque Marruecos nunca había reunido a tantos jugadores que militan en clubes europeos de renombre.
Hakimi y Noussair Mazraoui sus laterales juegan en el París Saint-Germain y el Bayern de Munich. El arquero Yassine Bounou y el atacante Youssef En-Nesyri, autor del cabezazo de gol en la victoria ante Portugal, forman parte del Sevilla en España. También están los centrales Nayef Aguerd (West Ham) y Romain Saiss (Besiktas) y el volante de marca Sofyan Amrabat (Fiorentina).
Regragui de entrada puso como consigna que no iban de paseo al Mundial: “Nadie va con la mentalidad de disputar sólo tres partidos”. Él fue un zaguero de la selección y recientemente había llevado al Wydad Casablanca al título de la Liga de Campeones de África. Ningún marroquí había estado al mando de la selección desde 1994, un cargo que durante todo ese tiempo ha tenido un carrusel de entrenadores provenientes de Francia, Portugal, Bélgica y el bosnio Halilhodzic.
Marruecos, con un grupo de jugadores que comulga sin cortapisas con su plan táctico, es un equipo muy incómodo de enfrentar. El único gol encajado fue ante Canadá, responsabilidad de Aguerd, lo que significa que Croacia, Bélgica, España y Portugal han sido incapaces de anotarles.
Entran a la última semana del torneo promediando y mostrando menos de tres remates a puerta, y rozan el 30 % de posesión. Marruecos ante España apenas completó 343 pases mientras que su rival sumó 1.041, algo digno de apreciar y tomar en cuenta.
Con información de The San Diego Union Tribune