La Cátedra Libre Estudio de la Mujer Casta J. Riera de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) se inauguró este lunes 27 de octubre con la ponencia «Mujeres que hacen Historia», a cargo de Inés Quintero, integrante de la Academia Nacional de la Historia de la Universidad Central de Venezuela. Este evento, parte del cierre del Año Jubilar en honor a Casta J Riera, organizado por la Fundación Amigos del Casco Histórico de Barquisimeto.
La lección inaugural se realizó en la biblioteca José María Domínguez, del rectorado de la UCLA, con la presencia de personalidades del acontecer cultural y educativo de Barquisimeto.
Quintero calificó la iniciativa como excepcional para el análisis y el pensamiento crítico, cuyo objetivo trasciende la reivindicación y el reconocimiento del papel de Casta J. Riera en la sociedad de Barquisimeto y Venezuela, y también reconocer la significativa contribución de la mujer venezolana a lo largo de la historia.
Dentro del extenso legado de Casta J. Riera destaca su visión sobre la importancia de la formación y la capacitación como pilares fundamentales para lograr la independencia económica de las mujeres. “Las mujeres tenemos el reto de formarnos, transformarnos para ser protagonistas de nuestra propia historia y eso fue algo que Casta J. Riera estuvo muy presente», subrayó la historiadora.
Su pensamiento trasciende lo individual siempre pensó en función del colectivo, por eso esta cátedra debe tener ese norte, un proceso de trasformación para la sociedad y no solo para quienes formen parte de la cátedra, sugiere.
“Yo invito a todo el mundo a sumarse a este esfuerzo, a construir lo que significa la comprensión de nuestro presente y sobre todo pensar en el futuro que anhelamos los venezolanos, en donde las mujeres somos protagonistas fundamentales de los cambios que demanda nuestra sociedad”.
Al iniciar la ponencia, Quintero resaltó dos coincidencias significativas que le llamaron la atención: este 27 de octubre se inaugura la Catedra Casta J. Riera y cuando se cumplen 79 años desde la primera vez que las mujeres ejercieron el derecho al voto en Venezuela, y también fue la primera ocasión en que las mujeres no solo participaron como votantes, sino que también fueron candidatas elegibles para la Asamblea Nacional Constituyente. En ese contexto, destacó que Casta J. Riera fue una de las candidatas, lo cual coincide con la importancia especial de este día.
Considera que esta iniciativa es de gran importancia, fundamentada en una razón muy simple: las mujeres han sido históricamente excluidas del relato oficial de la historia. Durante mucho tiempo, no solo se desconoció la existencia de figuras femeninas entre ellas Casta J. Riera sino de cualquier mujer en general. La historia se centrarse en hechos políticos y figuras masculinas, ignorando la importancia de las mujeres en los relatos porque los historiadores se enfocaban en los hombres, en el poder y su contexto.
Durante mucho tiempo, se consideró que las mujeres debían permanecer en el hogar, lo que limitó su visibilidad y relevancia en el relato histórico, -explicó- Este fenómeno no se restringió a Venezuela; en general, la historia formal de las mujeres empezó a ganar atención solo a partir de 1980, con textos significativos como los del escritor francesa Georges Duby, citó.
La narrativa histórica se debe, en parte, a la movilización de las mujeres para reivindicar sus derechos y también a una evolución en las metodologías, ampliando el enfoque hacia aspectos cotidianos y familiares, donde la figura de la mujer es esencial, resaltó.
Transformaciones en Venezuela y el rol de la mujer
El análisis de la historia de Venezuela revela cómo las mujeres han sido históricamente relegadas en la narrativa oficial, que ha estado dominada por las hazañas de los hombres durante la guerra de independencia. Las mujeres solo fueron reconocidas como heroínas en momentos de sufrimiento, y sus contribuciones cotidianas permanecieron invisibilizadas en una historiografía que exaltaba principalmente las batallas, refirió la historiadora.
Durante el siglo XIX, los líderes de la independencia ignoraron a las mujeres como protagonistas. La sociedad mantenía un estricto orden de género, relegando a las mujeres al ámbito doméstico. Sin embargo, un cambio significativo comenzó a gestarse en Venezuela con la creación del primer Plan Nacional de la Mujer en 1998, que promovía su participación en todos los ámbitos sociales.
Educación, profesionalización y política
A inicios del siglo XX, la educación femenina se limitaba a materias básicas y habilidades domésticas. En contraste, hacia finales del siglo XX, la población universitaria venezolana se encontraba mayoritariamente compuesta por mujeres. Esto señalaba un proceso de profesionalización que reflejaba cambios significativos en la sociedad.
Tradicionalmente, -dijo la historiadora- la participación de las mujeres en la vida política era vista como prohibida. Sin embargo, a partir de los primeros pasos dados durante el régimen de Juan Vicente Gómez, las mujeres comenzaron a involucrarse colectivamente en la política. Este cambio fue especialmente notable en la movilización estudiantil de 1928 en Caracas, donde las mujeres empezaron a formar parte activa de la vida pública.
Estos procesos de transformación indican que, a lo largo de un siglo, la percepción y el rol de las mujeres en Venezuela han cambiado profundamente, reflejando una evolución hacia una mayor inclusión y reconocimiento en diversos ámbitos.
La también integrante de la Academia Nacional de la Historia de UCV, subrayó que la política venezolana del siglo XX experimentó un cambio significativo con la movilización colectiva, especialmente a partir de 1928 durante la «Semana del Estudiante». Este evento unió a estudiantes y mujeres unirse para luchar contra el régimen de Juan Vicente Gómez, aunque en ese momento la agenda incluyó principalmente los derechos políticos de todos los venezolanos y no específicamente los de las mujeres.
La muerte de Gómez en diciembre de 1935 marcó un periodo de apertura política que permitió la organización de las mujeres en grupos como la Asociación Venezolana de Mujeres. Estos esfuerzos buscaban transformar la vida de las mujeres, enfatizando su productividad y dignidad.
Demandas de derechos civiles
En 1937, las mujeres iniciaron su primera demanda para modificar el Código Civil, resaltando la importancia de ser reconocidas como ciudadanas, dado que no podían votar ni participar políticamente. A pesar de la resistencia social y política, lograron avances como el reconocimiento de derechos en 1945, aunque inicialmente limitados a mujeres mayores de 21 años y que supieran leer y escribir, para entonces el analfabetismo se ubicaba por encima de 70 %, aseguró Quintero.
Sin embargo, en esa lucha por sus derechos, surge el Comité Prosufragio y otras iniciativas impulsaron a las mujeres a participar activamente en la política. En 1946, las mujeres finalmente obtuvieron el derecho al voto y a ser electas, marcando un momento histórico con su participación en la Asamblea Nacional Constituyente de 1947.
La incorporación de mujeres en la política y su lucha por derechos continuaron, estableciendo un legado duradero. Las mujeres empezaron a ser activas en partidos políticos, la vida universitaria y laboral, desafiando estereotipos y rompiendo con las convenciones sociales de la época.
En 1975 se reúne el primer Congreso Nacional de Mujeres de Venezuela y se constituyen las primeras instituciones del Estado que van a manejar el proceso de incorporación de la mujer como política oficial con la creación de la Oficina asesora de la Presidencia, luego el Ministerio. Es un proceso producto de las demandas de las mujeres de las cuales forma parte Casta J. Riera y muchas otras de ese período de la década del 30 y el 40, resaltó Inés Quintero.
Una Cátedra para educar
Grace Morales, coordinadora de la Cátedra Casta J. Riera y docente del Decanato de Humanidades y Arte de la UCLA, explicó que esta cátedra tiene como objetivo principal educar, además de abordar temas de reflexión y promover el pensamiento crítico. Asimismo, destacó que las actividades estarán abiertas a las comunidades interesadas en proponer iniciativas para enriquecer este espacio.
Es una agenda participativa destinada a reflexionar y preservar la memoria de Casta J. Riera. Este espacio ha sido concebido para enaltecer a la mujer poeta, artista y trabajadora, añadió Morales. Afirmó también que, para ella, es un honor e inspiración coordinar esta cátedra, ya que busca que la educación trascienda los límites físicos, alcance a las comunidades y toque a todas las personas. La educación, enfatizó, tiene el poder de transformar.
Sobrina: destacada educadora y promotora cultural
Josefa Elena Arocha de Morales, sobrina de Casta Joaquina Riera, recordó que su tía no solo fue una destacada educadora y promotora cultural, sino también una ferviente defensora de la salud, colaborando con el doctor Luis Gómez López en la lucha contra la tuberculosis. Su contribución a la sociedad se extendió por múltiples ámbitos.
Hoy, 27 de octubre marca el cierre del Año Jubilar dedicado a Casta Riera, un período en el que la Fundación casco histórico de Barquisimeto le rindió tributo con un año lleno de actividades en su honor. Este ciclo conmemorativo culmina de manera especial con la realización de la Cátedra Casta J. Riera y con la participación de la historiadora Inés Quintero, dijo, por lo que les manifestó su gratitud.
Casta J. Riera recibió muchos elogios en vida, incluyendo ser nombrada Mujer de Venezuela en 1968. Su vida estuvo llena de esfuerzo y ahora la familia agradece el homenaje, dijo Arocha.
La recuerda como una mujer activa, social y creyente, que empujó a otros a alcanzar sus metas y contribuyó a la literatura de varios escritores, entre ellos Rafael Cadenas, Premio Cervantes 2022.
Ella sostenía que las mujeres son el pilar de la familia y debían estar bien formadas para educar a los niños. A pesar de los desafíos, como la dictadura, ella promovió la tolerancia y la amplitud de pensamiento, valores que se deben rescatar hoy en día. Su legado cultural y docente perdura, fundamentado en su actividad en Barquisimeto, aunque nació en Churuguara, estado Falcón.
Empoderamiento de la mujer
María Lourdes “Yuyita” Ríos de Chiossone, destacó el rol de Casta Riera el empoderamiento de la mujer, brindándole herramientas para acceder al mercado laboral. Antes de la creación de su instituto Sinforiano Mosquera Suárez en Barquisimeto, de la cual egresaron 37 promociones.
Ella rompió con esa tradición ofreciendo preparación no solo a mujeres, sino también a hombres, capacitándolos como oficinistas. Empoderó a muchas larenses que se convirtieron en destacadas mecanógrafas, taquígrafas y secretarias. Entre esas profesionales sobresalieron mujeres como Rita Betancourt de Chávez, quien fue secretaria del Concejo Municipal, gerente de un importante centro comercial de la ciudad. Ahora, las responsabilidades de seguir promoviendo este empoderamiento recaen en la Cátedra Libre, que abre oportunidades tanto para mujeres como para hombres en tiempos actuales, comentó.
Inés Quintero: empatía con los valores de la ciudad
Milagros Gómez de Blavia, miembro del Consejo Consultivo de la Ciudad, así como de la Fundación Casco Histórico de la Ciudad. al hacer la presentación leyó el extenso currículo de la invitada Inés Quintero.
En un acto académico el rigor se impone, pero ante el afecto por gente es difícil detenerse solo en lo académico. Es un orgullo presentar a quien nos honra con su presencia. Inés Quintero, historiadora, licenciada magister, doctora en historia y miembro de la academia”.
Resaltó la receptividad de Quintero al aceptar la invitación, así como su “empatía con valores de esta ciudad, de su gente» y su presentación es fundamental para perfilar lo que es la cátedra que celebramos después de un año de trabajo”.
Inés es una rigurosa científica de la historia y una pluma privilegiada en el arte de la narración. Consideramos que este es un evento de gran relevancia en la ciudad, especialmente porque Casta J. Riera se encuentra presente en el aula magna, a través de la Cátedra, brindando la oportunidad de conectar con los principios, valores y acciones de esa admirable mujer a quien hoy tenemos el honor de rendir homenaje, describió.
«Y cuanto toca presentar a Inés Quintero, pasamos por su extensa carrera, trayectoria, ejemplaridad, pero no podemos dejar de presentar a la amiga. La amiga de esta ciudad. Es un lujo su presencia, pero sobre todo saber que es una mujer que ama a Barquisimeto, ha escrito dos libros sobre la ciudad. Entre sus características, es amable, simpática y ha hecho que la historia pueda llegar a muchos”.
Relató que el trabajo en homenaje a Casta J. Riera comenzó hace tiempo, conjuntamente con Nelson Fréitez, coordinador de la Cátedra de Derechos Humanos de la UCLA, quien fue uno de los impulsores. Este es un acto muy significativo, reiteró. AC
