El 14 de Noviembre la Diócesis de Carora cumplió 30 años de ser Erigida Canónicamente por su Santidad Juan Pablo II.
Con una Misa de Acción de Gracia, sacerdotes y laicos agradecieron a Dios por tres décadas de caminar juntos, de trabajo pastoral, así como de la evangelización que se realiza en los municipios Torres y Urdaneta para dar a conocer en todos los rincones de estas tierras áridas, la buena noticia del Evangelio.
Monseñor Carlos Curiel Obispo de la Diócesis de Carora presidió la eucaristía que se realizó en la Catedral San Juan Bautista de Carora, junto a sacerdotes del Clero diocesano recordó los inicios de esta iglesia local, así como sus obispos, entre ellos Monseñor Eduardo Herrera quien fue el primer Obispo, Monseñor Ulises Gutiérrez, Monseñor Luis Armando Tineo y la Administración Apostólica de Monseñor Ubaldo Santana quien aún permanece en esta Diócesis como Vicario General.
Durante la homilía el Obispo de Carora pidió agradecer a Dios por esta iglesia. “Al conmemorar estos 30 años arranca de nuestro corazón ese agradecimiento, una bella historia que contar y que construir todos juntos y caminando en sinodalidad escuchándonos, así como hemos recorrido estos 30 años entres luces y sombras entre debilidades y fortalezas que nos da Dios”.
Monseñor Curiel pidió a los fieles sentirse parte de la iglesia sinodal que camina en Torres y Urdaneta así como partícipes y corresponsables en la construcción de una iglesia santa, católica, apostólica y sinodal.
“Desde esta acción de Gracias debemos decir Señor Camina con nosotros, Señor sigue nuestro camino y ayúdanos a seguir a tu Hijo Jesucristo, camino verdad y vida para que podamos dar testimonio de que tu amor sigue en medio de nosotros” resaltó.
Durante las ofrendas, los laicos hicieron entrega a Monseñor Carlos Curiel del báculo de Monseñor Salvador Montes de Oca, así como de Monseñor Eduardo Herrera como símbolo del oficio pastoral que prestaron ambos obispos al servicio de la iglesia de Cristo, el compromiso que asumieron por su pueblo siendo piadosamente severo en la corrección de los vicios y estimulando los ánimos de los oyentes en el fomento de las virtudes.
De igual manera fue ofrendada la Mitra de Monseñor Eduardo Herrera, recordando los pasos firmes que dio en esta iglesia local, a quien le dedicó un arduo trabajo misionero y lleno de fe en el Señor.
Fotos: Diócesis de Carora