Mercado de valores para el agronegocio en Venezuela genera nuevas oportunidades de financiamiento para el país.
El avance que ha tenido la Bolsa de Productos e Insumos Agropecuarios de Venezuela (BOLPRIAVEN), gracias a la puesta en marcha nuevamente de sus operaciones denota el esfuerzo del sector privado para aportar a la reactivación y modernización de la forma como se comercializa y se financia el sector agrícola en el mercado de valores nacional.
Un instrumento que trae gran dinamismo al mercado de valores agrícola de Venezuela es la compra – venta sobre contrato de bono de prenda, instrumento bursátil que es una forma de inversión respaldada por la garantía de inventarios de productos agrícolas del solicitante emisor por medio de un certificado de depósito emanado de un almacén general de depósito.
Un productor agrícola obtiene un certificado de depósito que garantiza una porción de su cosecha, materia prima o insumo de origen y/o destino agrícola. De este certificado, se deriva el bono de prenda, el cual puede adquirirse como una inversión, ofreciendo seguridad respaldada por productos subyacentes como activos agrícolas que están a resguardo legal de un almacén general de depósito.
Esta es una forma interesante y segura de apoyar al sector agrícola y al mismo tiempo, obtener muy buenas ganancias al invertir en estos. La normativa que reglamenta los bonos de prenda está regulada por la Superintendencia Nacional de Valores (Sunaval) y recordamos que Venezuela tiene un gran potencial agrícola y de consumo agroalimentario en toda su geografía y que está hoy en día en paralelo en una fase de desarrollo de exportaciones de alimentos.
Todo productor, agroindustria, gremio y afines puede colocar activos en garantía como por ejemplo materias primas almacenadas tales como maíz, trigo, yuca, arroz, azúcar, café, cacao, empaques, fertilizantes, herbicidas, semillas y cualquier otro insumo que sea parte del proceso productivo entre otros. El bono de prenda puede emitirse por un valor a la par, con descuento o con prima y se puede refinanciar al vencimiento, dependiendo de las condiciones del mercado agrobursátil y de los inversionistas.
El perfil del emisor de un bono de prenda se caracteriza por ser una persona natural o jurídica del sector agrícola que posee una sólida infraestructura productiva y activos tangibles como cosechas, materia prima o insumos. Estas organizaciones cuentan con una trayectoria consolidada en el sector agrícola y un historial de operaciones serias. Su capacidad para generar flujos de ingresos estables y su compromiso con estándares de calidad en la producción agrícola los posiciona como emisores confiables en el mercado de valores.
Todo esto es esencial para asegurar la viabilidad y solidez de la operación, y así proporcionar confianza tanto a los emisores como a los inversionistas que adquieren el bono de prenda. Asimismo, es necesario que las instalaciones donde se resguardará el activo que servirá de garantía cumplan con los requerimientos de un almacén general de depósito.
Las operaciones de bono de prenda se pueden emitir en cuanto al tipo de moneda, tanto en bolívares, divisas o bolívares indexados al tipo de cambio oficial del Banco Central de Venezuela (BCV). El retorno del capital y el interés será en la moneda que sea acordado previo a la colocación del instrumento en el contrato entre las partes.
La emisión de bonos de prenda no requiere una calificación de riesgo por parte de una sociedad autorizada por la Superintendencia Nacional de Valores (Sunaval). Es importante destacar que los bonos de prenda tienen una particularidad única y es que están respaldados por un activo tangible, lo que mitiga el riesgo asociado al escenario de incumplimiento por parte del emisor.
Los lapsos de maduración bursátil de un bono de prenda pueden oscilar desde 30 a 172 días como máximo. El plazo se determinará según el tipo de modelo de negocio y la prenda, es decir la maduración está directamente relacionada con el ciclo de producción del activo subyacente. Actualmente, el monto mínimo de emisión para un bono de prenda se sitúa en los USD 50.000.
Sobre los costos de emisión para el solicitante del bono de prenda, es importante destacar que estos costos son competitivos en comparación con el sistema bancario. La transparencia y eficiencia del mercado de bonos de prenda permiten que los costos asociados a la emisión sean razonables. Así, tanto el emisor como los inversionistas pueden confiar en un proceso equitativo, seguro y eficaz.
Las tasas de rendimiento que pueden encontrar los inversionistas personas naturales y jurídicas, estén o no vinculados directamente a la actividad agropecuaria, ya que todo inversionista de otros sectores productivos puede entrar a invertir. Estas tasas son muy superiores, atractivas y competitivas en comparación con otras formas y mercados de inversión en Venezuela, además este instrumento cuenta con respaldos totalmente líquidos y rendimientos que en comparación con mercados internacionales no se ofrecen.
En caso del escenario de incumplimiento por parte del emisor, se activan los mecanismos legales de la Bolsa de Productos e Insumos Agropecuarios de Venezuela (Bolpriaven). Dicho proceso contempla la ejecución de la garantía asociada al bono de prenda, es decir, Bolpriaven como custodio de este instrumento, vende el activo para así honrar los compromisos establecidos con los inversionistas, ya que es creado con base en una garantía líquida, es decir, de rápida venta en el mercado.
En la actualidad los puestos de bolsa de productos agrícolas activos y con capacidad para estructurar bonos de prenda y otros instrumentos bursátiles autorizados en Bolpriaven son: Agronet, Agroinvest, Fivenca, BNCI, Rendivalores, Solfin, Semeruco, Interagro, Bursagro, Agrocampo e Inveragri.
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