Cada año, las calles de Granada, España, se llenan de color, música y expectación con la llegada del Corpus Christi, una de las festividades más emblemáticas de la ciudad. En el corazón de esta celebración se encuentra La Tarasca, un maniquí que desfila sobre un dragón alado, simbolizando la victoria del bien sobre el mal. Este 2025, la Tarasca volvió a captar la atención de miles de granadinos y visitantes, consolidándose como una tradición que combina historia, arte y un toque de controversia. Para los lectores de El Informador Venezuela, este reportaje explora el origen, el significado y la relevancia actual de esta figura única.
Un origen que se remonta al siglo XIV
La Tarasca tiene sus raíces en una leyenda medieval que nos transporta a Tarascón, en la Provenza francesa. Según la tradición, una criatura mitológica, mitad dragón y mitad serpiente, atemorizaba a los habitantes de la región, destruyendo campos y sembrando el miedo. Santa Marta, con sus plegarias, logró domar a la bestia, llevándola a la ciudad donde fue atacada por los pobladores. Esta historia, que mezcla elementos paganos y cristianos, dio origen a la tradición de procesionar una figura que representa el triunfo de la virtud sobre el mal. En Granada, la Tarasca adoptó su forma actual en el siglo XVII, cuando se documenta su primera aparición en 1633, aunque su formato moderno se consolidó en 1833 tras esfuerzos por revitalizar las fiestas del Corpus.
La Tarasca granadina, a diferencia de otras regiones donde la tradición se desvaneció, ha perdurado como un símbolo de identidad. Cada miércoles de Corpus, la figura de una mujer elegantemente vestida, montada sobre un dragón, recorre las calles céntricas acompañada por gigantes, cabezudos y bandas de música. El desfile, conocido como «La Pública», es un espectáculo que combina solemnidad religiosa con la alegría de una fiesta popular.
El desfile de 2025: moda y controversia
El 18 de junio de 2025, a las 12:00 horas, la Tarasca saldrá desde la Plaza del Carmen, sede del Ayuntamiento de Granada, para recorrer un itinerario que incluye calles como Reyes Católicos, Gran Vía, San Jerónimo, Plaza de la Romanilla, Capuchinas, Plaza de la Trinidad y Mesones, antes de regresar a su punto de partida. Este año, el diseño del vestido estuvo a cargo de Iván Martín, un diseñador local cuya creación fue revelada con gran expectación. Complementos de Art By Noelia, maquillaje de Marta Cano y el peinado de María Rosales completaron el look de la maniquí, que, como cada año, desató tanto admiración como críticas.
En Granada, el atuendo de la Tarasca es más que una cuestión estética: se dice que marca las tendencias de moda de la temporada. Sin embargo, el dicho popular «vas vestida peor que la Tarasca» refleja el carácter crítico de los granadinos, quienes no dudan en debatir si el vestido es demasiado moderno, clásico, atrevido o recatado. Este 2025, las redes sociales se llenaron de opiniones encontradas, desde elogios por la elegancia del diseño hasta comentarios humorísticos sobre su estilo. Como señala un artículo de Granada Hoy, «criticar el vestido de la Tarasca es tan tradicional como verla desfilar».
Un símbolo de identidad granadina
La Tarasca es un reflejo de la «malafollá» granadina, ese humor irónico y crítico que define a los habitantes de la ciudad. Su desfile, acompañado por gigantes que representan a los reyes cristianos y árabes, y cabezudos que corretean golpeando con vejigas hinchadas, crea un ambiente festivo que atrae a familias, niños y turistas. En 2025, las altas temperaturas no impidieron que miles de personas se congregaran para disfrutar del espectáculo, que duró aproximadamente dos horas.
La relevancia de la Tarasca trasciende lo folclórico. En años recientes, su vestimenta ha servido para rendir homenaje a causas sociales. Por ejemplo, en 2020, la Tarasca se vistió de sanitaria en reconocimiento a los trabajadores de la salud durante la pandemia, un gesto que resonó profundamente entre los granadinos. Este año, el diseño de Iván Martín buscó capturar la esencia de la modernidad granadina, manteniendo viva la tradición de innovar sin perder las raíces.
La Tarasca y su conexión con Venezuela
Para los venezolanos, la Tarasca puede evocar ecos de nuestras propias festividades, como los Diablos Danzantes de Yare, también declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Ambas celebraciones comparten la representación del bien venciendo al mal, fusionando elementos religiosos y populares en un espectáculo vibrante. La Tarasca, al igual que los Diablos Danzantes, es un recordatorio de cómo las tradiciones pueden unir a una comunidad, incluso en tiempos de cambio.
Fotos: Europapress.es
