«Nicolás Maduro primero debe haber aceptado el resultado de la elección», dijo textualmente el jefe de Misión de la Oficina Externa de los Estados Unidos para Venezuela, Francisco L. Palmieri, en entrevista para la W Radio, el 15Ago, en la cual también aseguró que en Venezuela hay una represión “brutal” que “debe detenerse”.
Por otra parte, el que fuera primer fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, aseguró en entrevista con CNN que el fiscal de la CPI, Karim Khan, le envió una notificación al presidente Nicolás Maduro, «avisándole que estaba mirando muy de cerca lo que estaba ocirriendo después del proceso electoral».
Palmieri, quien también es encargado de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos para Colombia, dijo en la entrevista radial que «todo mundo sabe que Edmundo González ganó muchos más votos y, en ese sentido, la salida a la crisis no es con ultimátum, sino que es un proceso en el que los venezolanos pueden reconocer la realidad que todo mundo sabe: González ganó más votos”.
“Estados Unidos primero está apoyando la diplomacia de Colombia y Brasil, así como su liderazgo para ayudar a la salida de esa crisis política en Venezuela», dijo el diplomático.
Palmieri insistió en que están apoyando los venezolanos para que, cuando llegue el 10 de enero, se haya construido una salida a esa crisis política “basada en la realidad que todo el mundo sabe: ganó más votos Edmundo González”.
En la entrevista que le hizo Fernando del Rincón, Luis Moreno Ocampo dijo que, en su opinión, hay posibilidades de que la CPl levante cargos contra el mandatario venezolano, «por el encarcelamiento sistemático de opositores y fiscales», lo cual para él son «crímenes de lesa humanidad».
Vale recordar que la Corte Penal Internacional (CPI) expresó el lunes que se encuentra “monitoreando activamente” los últimos acontecimientos registrados en Venezuela, según informó Associated Press.
Para el abogado argentino, la situación -en Venezuela- es extremadamente seria y requiere atención internacional. Cifró en ocho millones, la cantidad de venezolanos en el exilio, que escapan de una economía y una política «muy mala».