Hurtado: “La ciudad requiere una arborización consciente”
La integración de la naturaleza en los entornos urbanos es un objetivo que cada vez más ciudades se marcan como irrenunciable. Parques, jardines, paseos costeros y fluviales, arboledas. Es importante dotar a una estructura metropolitana de vida vegetal, lo cual influye positivamente en numerosos aspectos para todas las personas que viven en las mismas.
Los árboles también benefician a la biodiversidad autóctona, ofreciendo alimento y refugio a diferentes tipos de animales que enriquecen la fauna del entorno. Alimento que también resulta útil para los habitantes de la ciudad proporcionando frutos y reactivando la economía de la zona, al igual que los huertos urbanos.
A juicio del Ing. Agrónomo Rubén Hurtado, ex director del Ministerio del Ambiente, hablar de la foresta urbana implica hacer primeramente una referencia a los servicios ambientales que esta le presta al ciudadano, donde los árboles juegan un papel fundamental en lo que es el paisajismo de la ciudad, tienen un gran sentido estético en este plano que es un recurso natural, pero eso quizá es lo menos importante. Se debe denotar que los árboles proporcionan a la ciudad, al ciudadano otros beneficios como es el mejoramiento climático.
En primer lugar, los árboles funcionan como un excelente termorregulador natural. Gracias a su sombra y el vapor de agua que liberan sus hojas, logran bajar la temperatura ambiental en promedio unos 50C en los días calurosos. De la misma manera, evitan que el agua que se utiliza para regar el césped se evapore rápidamente, lo que supone un ahorro de este recurso, además del económico. De igual manera los árboles son de gran importancia para el paisajismo de las ciudades.
Ese gradiente también se refleja en la brisa que aportan para refrescar el ambiente cuando las condiciones climáticas son adversas en cualquier etapa del año y hoy que tenemos tan en boga los cambios climáticos por causa de los gases de efecto invernadero, el CO2 (dióxido de carbono).
Los árboles absorben el dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global, removiendo y almacenando el carbono a la vez que liberan oxígeno. Limpian el aire actuando como purificadores, absorbiendo óxido de nitrógeno, amoníaco, dióxido de azufre y ozono y devolviendo oxígeno a la atmósfera.
“Hay estudios que determinan incluso cuales son las especies de árboles que absorben mayo cantidad de CO2 y lo convierten en oxígeno, cuales especies son más propensas a contribuir a frenar el efecto de los gases de efecto invernadero y por ende a mitigar el cambio climático”, indica
Las islas de calor
Las islas de calor son zonas en las ciudades donde las temperaturas son más elevadas que las ´áreas que están a su alrededor, es un fenómeno que surge por el crecimiento de las zonas urbanas y su mala planificación. Los edificios y las áreas pavimentadas absorben el calor y este es irradiado lentamente en las noches. La principal fuente para combatir este fenómeno es la arborización.
“En una arborización se debe tener en cuenta la ubicación para las especies a implantar, ejemplo si son aceras o vías centrales de avenidas, plazas o parques, dependiendo del uso si incluso es residencial, industrial, es un primer criterio de selección para escoger las especies a implantar, otro criterio de selección es que deben ser especies de rápido crecimiento y que pertenezcan al ecosistema de la región y que a su vez juegue ese papel en el paisajismo, en el color de la floración, la época de floración.
Criterios de plantación
Cuando se plantea arborizar, también se debe tener en cuenta la envergadura de la planta, esto dependiendo también si la misma se realizará en aceras, todo esto con base a la instalación de los servicios de comunicación y flujos eléctricos que en nuestras ciudades son aéreos y en oportunidades son causantes por la altura de choque con los tendidos eléctricos.
En estos procesos de arborización y plantado es donde se cometen errores que se pagan con los años, y uno de los problemas más frecuentes es cuando se plantan árboles en una avenida y el desarrollo radicular de ese árbol genera el levantamiento de las losas, del pavimento, de la calzada peatonal, entonces el árbol cumple una función ambiental, pero no es apto para ser sembrado en estos espacios por sus raíces superficiales.
El debido proceso de crecimiento
El Ing. Hurtado indica que es importante ves desde el vivero la formación de la planta, su sembrado, su sistema radicular, el cual debe estar bien cuidado para que cumpla su función de ancla, de sostén, de arraigo. “En los primeros años de sembrado es importante el regado, para que sus raíces puedan llegar hasta las zonas húmedas y puedan permanecer en estas luego en las temporadas secas.
“Hemos visto en los últimos meses como se han caído en la ciudad unos 34 árboles por causa de los inviernos, pero quizá en su momento la selección de la especie y la ubicación de la misma no fue la adecuada.
Soluciones
“Los organismos que tienen a su cargo la planificación y el desarrollo de los procesos de sembrado, tienen que tomar muy en serio la foresta urbana, la arboricultura urbana, empezar por conocer cuántos árboles y cuales tenemos en la ciudad, tenemos que involucrarnos los ciudadanos que nuestro entorno inmediato asumamos la responsabilidad de la arboricultura y foresta de la ciudad a los efectos de suministrar lo que requiera la planta en los momentos críticos y etapas de crecimiento”, explica.
“Deben generarse instrumentos de gestión, Barquisimeto dispone de una ordenanza de árboles en la ciudad y debe revisarse y completarla en los criterios de la planificación y los beneficios de la foresta urbana, desde todos los aspectos, paisajístico, ornamental, condiciones de vida de la ciudad y de retención de los gases de efecto invernadero, que esos servicios ambientales formen parte de los criterios de planificación de la foresta. Esto debe ser tomado en cuenta en el Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL) y que la ciudad vuelva a tener su PDUL y abordar el diagnóstico ambiental de la ciudad y considerar las características climatológicas de la región y adaptar las decisiones que se relacionen con la arboricultura.
Fotos: Julio Colmenárez/ Ángel Zambrano
