Un estudio sobre la relación entre el cáncer y la orfandad, una variable que hasta ahora no se había tenido en cuenta, desvela que cada año un millón de menores de edad pierden a su madre debido a esta enfermedad, que en ese mismo período causa en el mundo la muerte de 4,4 millones de mujeres.
Datos del estudio, conducido por la Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer, fueron adelantados esta semana en el Congreso Mundial contra el Cáncer por la experta de la organización Valerie McCormack, jefa del departamento de epidemiología del estilo de vida y el medio ambiente.
«La edad a la que las madres tienen a sus hijos es crítica en este sentido, porque el hecho de tenerlos más tarde (como ocurre en muchos países de Occidente) conduce a más y más jóvenes huérfanos», destacó a Efe al comentar los resultados del estudio, ya sometido a revisión paritaria pero aún no presentado formalmente en su totalidad.
McCormack explicó que un 45 % de estas situaciones de orfandad son causadas por el cáncer de mama y cervical (de cuello uterino), dos de los tipos más prevalentes entre mujeres.
«La mayor tasa de huérfanos maternales ocurre cuando la mujer muere entre los 40 y los 50», destacó la experta, quien subrayó que el estudio es especialmente relevante teniendo en cuenta que las muertes por cáncer entre 35 y 50 años se dan mucho más entre mujeres que en hombres (a partir de esa edad la tendencia se invierte).
Ese tipo de estudios sobre el impacto en la infancia de una enfermedad se habían efectuado ya en el caso del VIH/sida y aunque hasta ahora «no se le había prestado mucha atención al cáncer», el interés surgió, según la experta, al llevar a cabo estudios sobre la prevalencia de tumores mamarios en África.
«Cuando hablábamos con las familias de las víctimas, nos sorprendió el ver lo a menudo que los viudos u otros familiares expresaban su preocupación por el futuro de sus hijos», explicó.
Con información de Efe