Entre gestos de emoción, una energía avasallante, giros de instrumentos musicales combinados con una destreza inigualable, así fueron los ensayos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, bajo la dirección del maestro Gustavo Dudamel, horas antes de participar en el reciente concierto de la banda británica Coldplay, en Wembley Stadium de Londres, Reino Unido.
Cada preparación, demostró una vez más por qué es una de las orquestas sinfónicas más prestigiosas del mundo. Desde el primer momento, los músicos cuidaron cada detalle de las partituras, y a su vez, con una sinergia única, lograron que los instrumentos clásicos bajo sus manos y la dirección de Dudamel, fueran los protagonistas en un lugar donde el sonido pop-rock de Coldplay permitió dejar una huella imborrable en el público. Ambos estilos musicales y culturales, rompieron barreras.
El ensayo de «Mambo» de Leonard Bernstein, fue uno de los momentos más asombrosos, la mística, fuerza y pasión de cada músico es reflejo de su profesionalismo, y ese sueño vivo de hacer sentir a toda Venezuela orgullosa.
Dedicación e inspiración
Y aunque, se piense que un ensayo es solo una práctica más, resulta ser un paso importante para perfeccionar cada interpretación y hasta vivir un momento especial, así lo expresó el violinista Orlando Pinto, oriundo de Barquisimeto, estado Lara.
«Una de las experiencias más surreales que he vivido en esta gira, ha sido quizás uno de los ensayos con el maestro Gustavo, y de repente apareció de la nada Chris Martin super emocionado y encantado con la orquesta», dijo Pinto.
El músico larense aprovechó la ocasión, desde otro escenario, para no solo enaltecer sus raíces sino de ser ejemplo para quienes anhelan ser parte de la orquesta.
«Orgulloso de representar a Lara, a Barquisimeto que es mi ciudad, cuando estaba pequeño soñaba y aspiraba con tocar con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y ser dirigido por la batuta del maestro Gustavo Dudamel, gracias a Dios estamos acá, sé que esto es inspiración para muchos niños que están tocando y luchando desde sus nucleos», dijo.
«Somos una familia»
Por su parte, Pathrycia Mendocą, quien también es violinista de la orquesta, expresó que vivir esta experiencia desde Londres y representar a su ciudad natal, Barquisimeto, la hace sentir «muy llena y orgullosa».
«Cuando la gente me pregunta de dónde soy, aunque estoy viviendo en Caracas por los compromisos laborales, siempre me siento profundamente orgullosa de decir que soy guara», indicó Mendoza, al tiempo que, destacó que la preparación para el concierto en Wembley fue de tres semanas aproximadamente.
Además se sumó a sus compañeros para enviar un mensaje de reflexión sobre el valor de la música desde la infancia. «Creo que un niño con un instrumento aprende que no está solo, somos un todo, somos una familia, y cuando logramos comprender eso, nuestro destino realmente cambia».
Es así, como una vez más la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela brilla en cada rincón del mundo, la constancia disciplina y dedicación de cada músico y de su maestro Gustavo Dudamel, los hace merecedor de millones de ovaciones.
