Netflix tiene un mensaje para Hollywood: No estamos en quiebra.
Tras la enorme caída de las acciones provocada por el descenso de los suscriptores durante el primer trimestre, el codirector general de Netflix, Ted Sarandos, el director de cine global, Scott Stuber, y la directora de televisión global, Bela Bajaria, han lanzado una ofensiva de encanto, insistiendo a los principales creadores y agentes en que seguirán gastando agresivamente para hacer y comercializar películas y programas. En llamadas y reuniones personales, las fuentes dicen que han considerado la caída de las acciones en abril como un revés, han asegurado a los cineastas y a los directores de programas que siguen estando bien capitalizados y les han informado de que no creen que la respuesta a su situación actual sea dejar de competir por los contenidos de moda.
También se mencionó: que sus presupuestos de contenidos están bloqueados para 2022 y 2023 (Netflix gastó 17.000 millones de dólares en contenidos en 2021 y espera desembolsar lo mismo este año). Una fuente familiarizada con la compañía dice que las revisiones de agencias y creadores son rutinarias. La fuente también subraya que Netflix sigue teniendo más de 200 millones de suscriptores de pago, lo que le da peso financiero.
Netflix ha hecho dos movimientos recientes que indican su voluntad de seguir gastando a lo grande. El 21 de mayo, el proveedor de servicios de streaming invirtió 50 millones de dólares en el paquete de películas «Pain Hustlers», de Emily Blunt y David Yates, que se estrenó en el Festival de Cannes de este año. La semana pasada creó una serie de concursos inspirados en el «Juego de los Calamares» con un gran premio de 4,56 millones de dólares.
Pero los productores y las compañías de producción ya han empezado a prepararse para apretarse el cinturón, al igual que el streamer, con una segunda ronda de despidos prevista para esta semana. Incluso antes de que Netflix dejara de ser un favorito de Wall Street, la empresa estaba economizando. En las reuniones de presentación, los ejecutivos dijeron que estaban tratando de limitar los programas a tres temporadas, según fuentes familiarizadas con el proceso. Algunos creen que Sarandos piensa que los espectadores se aburren y desconectan después de tantos episodios, aunque sus allegados lo desmienten. Sarandos, dicen, disfruta de la libertad de Netflix respecto a las convenciones de la televisión lineal y no considera obligatorio establecer un número estricto de episodios y temporadas.
En cualquier caso, muchos de los creativos que esperan hacer de Netflix su hogar han dedicado más tiempo a esbozar escenarios alternativos para los programas que lanzan, dando al streamer un rango de presupuesto más amplio y proporcionándoles más información sobre cómo sería la estructura de costes para, por ejemplo, una temporada de seis episodios frente a una orden de nueve episodios.
Parece que todo el mundo se esfuerza por vivir dentro de sus posibilidades.
