Las tensiones entre México y Ecuador se han disparado desde finales de la semana pasada, cuando las autoridades ecuatorianas irrumpieron en la misión diplomática para arrestar al ex vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, que se había refugiado allí buscando asilo en México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que su país había presentado una denuncia ante la corte internacional de justicia de Holanda pidiendo a la ONU que expulsara a Ecuador .
“La corte, de acuerdo con la carta de las Naciones Unidas , debería aprobar la expulsión y no debería haber veto” del consejo de seguridad de la ONU, dijo López Obrador.
López Obrador también dijo que México estaba exigiendo una disculpa pública de Ecuador por el allanamiento de la semana pasada, reparación de daños y la promesa de no volver a hacerlo. La canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, dijo que su país defenderá sus acciones y dijo que una disculpa «no es algo que esté en discusión en este momento».
Los dos países han estado peleando por Glas, un criminal convicto y prófugo, desde que se refugió en la embajada de México en diciembre.
Ecuador ha argumentado que Glas ha sido objeto de delitos y no por razones políticas y que México no debería haber considerado asilo para él. El 5 de abril, la policía ecuatoriana escaló los muros de la embajada e irrumpió en el edificio.
Roberto Canseco, jefe de asuntos consulares de México y el diplomático de más alto rango presente desde que Ecuador expulsó al embajador a principios de semana, trató de impedirles la entrada, incluso empujando un gran gabinete frente a una puerta. Pero la policía lo sujetó y lo empujó al suelo mientras sacaban a Glas.
México, así como expertos extranjeros, dicen que parecía ser una flagrante violación de los acuerdos internacionales. México rompió relaciones diplomáticas con el país en respuesta. Líderes de América Latina condenaron las acciones de Ecuador como una violación de la convención de Viena sobre relaciones diplomáticas.
El martes, el viceministro de Movilidad Humana de Ecuador, Alejandro Dávalos, dijo a representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) reunidos en Washington DC que Glas no cumplía con los requisitos para merecer recibir asilo de México y no podía ser considerado perseguido político.
Pero el secretario general de la OEA, Luis Almagro, señaló que “el uso de la fuerza, la incursión ilegal en una misión diplomática, ni la detención de un asilado son la vía pacífica para resolver esta situación”. Dijo que no se podía permitir que las acciones de Ecuador sentaran un precedente.