El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este jueves que miembros de la Policía y de las Fuerzas Armadas fueron conniventes con los bolsonaristas radicales que asaltaron el domingo las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil.
«Quiero ver los videos grabados dentro de la Corte Suprema, dentro del Palacio (presidencial de Planalto). Hubo mucha gente connivente. Hubo muchos miembros de la Policía conniventes, muchos miembros de la Fuerzas Armadas aquí dentro conniventes», aseguró el líder progresista en un desayuno con periodistas.
El mandatario dijo que aún no ha conversado con sus colaboradores sobre sus sospechas porque está esperando que la situación se calme un poco, pero que está convencido de que a los protagonistas de los actos antidemocráticos del domingo les abrieron las puertas.
«Estoy convencido de que la puerta del Palacio de Planalto fue abierta para que esas personas entraran porque no hay ninguna puerta quebrada. Es decir que alguien les facilitó la entrada aquí», agregó el líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
La seguridad de Planalto depende tanto de la Guardia Presidencial, un batallón del Ejército, como de los agentes de la Policía Militarizada de Brasilia, algunos de los cuales aparecen en videos confraternizando con los asaltantes.
De acuerdo con sus aliados, al asistir por televisión desde Sao Paulo los ataques a las sedes del poder, Lula se quejó de la inacción de las Fuerzas Armadas y de su incapacidad para prever que la situación llegaría a ese punto.
«La imagen que tengo es de unas Fuerzas Armadas que saben que su papel está definido en la Constitución. Las Fuerzas Armadas no son el poder moderador que creen que son. Su papel está definido en la Constitución y es lo que quiero que hagan bien hecho», dijo.
Los miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, que como su líder no reconocen la victoria de Lula en las presidenciales de octubre, asaltaron las sedes de los tres poderes en un intento de presionar un golpe de Estado contra el líder progresista.
El violento e inédito ataque concluyó con la detención de cerca de 1.800 personas, de las que una tercera parte fue liberada por razones humanitarias aunque seguirá vinculada al proceso.
El presidente dijo que ya inició un proceso de selección de personal para retirar a los bolsonaristas que trabajan en la Presidencia.