La Casa del Dragón revive la tradición más brutal de Juego de Tronos
La Casa del Dragón continúa una brutal tradición de Juego de Tronos, ya que el matrimonio de Laenor y Rhaenyra se inicia con varios giros devastadores. Aunque La Casa del Dragón tiene lugar casi 200 años antes de Juego de Tronos, las historias continúan superponiéndose a través de las brutales atrocidades cometidas en nombre de la guerra y la política. La historia se repite en el mundo de Juego de Tronos, y la boda del episodio 5 de la Casa del Dragón es un claro ejemplo de cómo las principales casas y los rostros pueden cambiar, pero sus impactantes acciones no.
Aunque Alicent y Viserys se casaron entre el salto temporal de los episodios 2 y 3 de Casa del Dragón, la boda de Laenor y Rhaenyra es la primera gran celebración matrimonial representada en la serie. El banquete comienza de forma bastante pacífica, ya que se celebra la unión de la Casa Targaryen y la Casa Velaryon, pero pronto da un giro cuando Alicent Hightower entra en la sala con un simbólico vestido verde. En cuestión de momentos, Daemon intenta convencer a Rhaenyra de que no se case, la nariz del rey Viserys empieza a sangrar y Criston Cole golpea a Joffrey Lonmouth hasta la muerte. Incluso en la Casa del Dragón, ninguna boda puede comenzar sin que se derrame sangre.
Juego de Tronos tiene una memorable tradición de bodas impactantes y mortales, y la Boda Roja de la tercera temporada sigue considerándose el momento más agónico de la serie. Incluso después de que Robb, Catelyn y una Talisa Stark embarazada fueran brutalmente masacrados en la celebración de la boda, los personajes de Juego de Tronos no aprendieron de la traición de los Frey. En la cuarta temporada de Juego de Tronos, el banquete nupcial de Joffrey Baratheon y Margaery Tyrell se vio interrumpido cuando el novio fue mortalmente envenenado, lo que hizo que el evento recibiera el apodo de «Boda Púrpura». Aunque no hubo muertes, la noche de bodas de Sansa Stark y Ramsay Bolton en la quinta temporada de Juego de Tronos también fue terriblemente horrible. A partir de este momento, la unión de Laenor y Rhaenyra es apta para ser etiquetada como la «Boda Verde» debido a que su momento más impactante fue el establecimiento de las facciones «verde» y «negra» de los Targaryen. Tras el asesinato de Joffrey Lonmouth, la boda de la Casa del Dragón es, presumiblemente, el verdadero inicio de la tradición no oficial Westerosi en la que la celebración de un matrimonio no termina hasta que alguien es brutalmente asesinado y se comete una gran traición.
¿Por qué las bodas en Poniente son tan brutales?
Como en la mayoría de los eventos importantes de Juego de Tronos, las tensiones son especialmente altas en las bodas debido a que tantos señores, damas y caballeros del reino se unen en un mismo lugar. Sin embargo, a diferencia de los torneos, que están hechos para la violencia y los enfrentamientos por enemistades de larga duración, las atrocidades que se cometen en las bodas son más impactantes y personales. Las bodas están pensadas para ser ocasiones pacíficas que marcan la celebración de una importante unión política, pero también presentan oportunidades convenientes para que las facciones beligerantes, los celos y las traiciones se revelen realmente.
Al igual que la Boda Roja de Juego de Tronos fue un lugar estratégico para que Walder Frey se vengara de Robb Stark, la boda culminante de la Casa del Dragón presentó un momento adecuado para que Alicent Hightower declarara simbólicamente la guerra a Rhaenyra. Algunos de los señores y damas más importantes de Poniente se encuentran en la sala en las bodas, lo que hace mucho más fácil reunir rápidamente a los aliados de una vez en lugar de enviar laboriosamente cuervos. Los matrimonios en el mundo de Juego de Tronos rara vez se organizan por amor, por lo que los celos inevitablemente asoman su fea cabeza cuando los despreciados o desechados asisten a las celebraciones. Puede que la boda de Rhaenyra y Laenor sea la primera boda catastrófica de la Casa del Dragón, pero la tradición de Juego de Tronos indica que no será la última.
