Elon Musk, reconocido como uno de los cofundadores de OpenAI, ha sorprendido al mundo empresarial al retirar su demanda por incumplimiento de contrato contra la empresa. La decisión estratégica de Musk, anunciada tras presentar la demanda en febrero ante un tribunal estatal de California (caso CGC24612746), llega justo antes de una audiencia crucial en la que se habría revisado la solicitud de OpenAI para desestimar el caso. Este giro dramático se produce solo un día después de las controvertidas declaraciones de Musk, quien amenazó con prohibir los dispositivos de Apple en sus compañías si la gigante tecnológica integraba la tecnología de OpenAI en sus productos insignia como el iPhone y el Mac, «a nivel del sistema operativo».
La demanda de Musk sostenía que OpenAI había incumplido un acuerdo crucial alcanzado con él y otros miembros fundadores. En este acuerdo, se comprometían a convertir a OpenAI en una organización sin fines de lucro y a mantener su tecnología como código abierto para beneficio de la humanidad.
Sin embargo, destacados expertos como Nilay Patel de The Verge han señalado que la demanda de Musk podría enfrentar obstáculos importantes. Patel argumenta que la base de la demanda, un supuesto «Acuerdo Fundacional», carece de sustento documental sólido, lo que podría socavar las pretensiones legales de Musk.
OpenAI, por su parte, ha negado enfáticamente las afirmaciones de Musk desde el inicio del litigio, afirmando que el magnate buscaba obtener «control absoluto» de la empresa mediante su fusión con Tesla. Además, la compañía ha declarado que no existe ningún acuerdo vinculante con Musk en los términos alegados por él.
La retirada de la demanda llega en un momento en que Musk ha profundizado su incursión en el campo de la inteligencia artificial con el lanzamiento de su propia empresa, xAI. Esta startup, respaldada por una inversión de $6 mil millones de dólares, ha desarrollado el chatbot Grok AI, disponible exclusivamente con una suscripción X Premium. La semana pasada, surgieron informes que sugieren que Musk desvió miles de chips de inteligencia artificial Nvidia H100, originalmente reservados para Tesla, hacia su nueva empresa.
Este último capítulo en la saga entre Elon Musk y OpenAI plantea preguntas intrigantes sobre el futuro de la relación entre el magnate tecnológico y el campo de la inteligencia artificial. ¿Será esta retirada un preludio para una reconciliación o un nuevo comienzo en términos distintos? Solo el tiempo dirá cómo se desarrollará este fascinante drama empresarial en el mundo de la tecnología.