Y la “adicción” por cometer hurtos –o robos— en museos o sitios parecidos parece haberse extendido en Europa, luego del robo de varias obras de arte cometido hace pocas semanas en el Museo del Louvre, de París, de donde sujetos hasta ahora desconocidos se llevaron varias pinturas con un valor material de cerca de 100 millones de dólares, pero, además, con un valor histórico incalculable.
Resulta que ahora toca el turno de saltar a la palestra pública el nombre nada menos que de Napoleón Bonaparte, el que fuera muy famoso emperador francés, pero también uno de los personajes más llamativos de la historia, por diferentes razones, de los últimos tres o cuatro siglos en el mundo.
Porque resulta, asimismo, que un anillo de oro de 18 quilates y cinco brillantes que perteneció justamente a Napoleón Bonaparte fue robado en Bélgica en la noche del pasado miércoles 19 al jueves 20 de diciembre, junto a otros objetos de valor de un museo de la localidad de Genappe (centro del país), informó la radiotelevisión pública RTBF.
Dos individuos forzaron una ventana para acceder a la edificación que fuera último cuartel general de Napoleón, que funciona como museo de época, y rompieron varias vitrinas para sustraer su contenido, según los hechos que investiga la Fiscalía provincial del Brabante Valón.
Se trata de un anillo que había sido recuperado durante la huida del emperador, el 18 de junio de 1815, luego de la batalla de Waterloo.
El «valor histórico de los objetos sustraídos supera su valor económico» y «representa un patrimonio único de la historia europea», según la provincia del Brabante Valón, propietaria del museo, que reabrirá sus puertas el fin de semana.
Y aun cuando no se dio a conocer un estimado del monto del valor de dicha prenda, algunos entendidos en la materia lo calcularon en varios millones de dólares, tanto por lo material como por lo histórico (RG).