Emmys 2025: La televisión se miró al espejo entre récords, lágrimas y carcajadas

La 77ª edición de los Premios Emmy, celebrada ayer 14 de septiembre en el Peacock Theater de Los Ángeles, fue un desfile de emociones, ironías y discursos que oscilaron entre la sátira política y la confesión íntima. En una industria que vive pendiente del streaming y de la inmediatez, la ceremonia transmitida por ABC demostró que la televisión todavía puede detener el tiempo durante unas horas y convertirse en tema global.

La comedia que mordió a Hollywood

Si los Emmy fueran una función de Broadway, The Studio sería el número de apertura, el intermedio y el aplauso final. La serie creada por Seth Rogen y Evan Goldberg arrasó con 13 premios, incluyendo Mejor Serie de Comedia. Nunca una debutante había reescrito la historia con tanta desfachatez. Rogen, convertido en un hombre-orquesta, se llevó cuatro estatuillas y subió al escenario con un discurso en el que mezcló sarcasmo y autoescarnio: “Estoy avergonzado de lo feliz que me hace esto”, dijo, entre carcajadas del público.

Más allá de los números, The Studio conectó porque supo reírse del propio Hollywood, retratando su caos con la precisión de un bisturí. En redes sociales, los clips de sus sketches ficticios circularon como memes instantáneos, consolidando a la serie como la sátira del momento.

Adolescence: la emoción como superpoder

En el extremo opuesto de la balanza, Adolescence (Netflix) se impuso en la categoría de serie limitada con seis galardones. Stephen Graham ofreció un trabajo monumental, pero fue Owen Cooper, de apenas 15 años, quien dejó una huella imborrable. Su discurso de aceptación, tembloroso pero genuino, resumió el espíritu de la serie: “Hace tres años no era nadie. Si escuchas y te arriesgas, todo es posible”. Un recordatorio de que, en un mundo de algoritmos, la autenticidad todavía arranca ovaciones.

Erin Doherty, con su premio como actriz de reparto, y Philip Barantini en la dirección, completaron un triunfo que confirma a Adolescence como la heredera natural de dramas sociales que no necesitan artificio para emocionar.

Drama en estado puro: The Pitt y Severance

En el terreno más competitivo, The Pitt (HBO Max) conquistó el Emmy a Mejor Serie Dramática. Noah Wyle, tras años de espera desde sus días en ER, recibió su primer Emmy con la gratitud de quien ha visto pasar generaciones enteras de actores. A su lado, Katherine LaNasa reforzó la victoria con el premio a Mejor Actriz de Reparto.

Pero Severance no se quedó atrás: Britt Lower brilló como Mejor Actriz Principal y Tramell Tillman hizo historia al convertirse en el primer actor negro en llevarse su categoría de reparto en drama. Su dedicatoria a su madre, presente entre lágrimas en la primera fila, convirtió el teatro en un nudo colectivo en la garganta.

Entre la comedia y la protesta

La risa también fue territorio de catarsis política. Jean Smart reafirmó su estatus con su cuarto Emmy por Hacks, pero fue Hannah Einbinder quien incendió el escenario: “¡A la mierda ICE, liberen a Palestina!”, lanzó en un discurso que convirtió el glamour en pancarta.

La sorpresa cómica llegó con Jeff Hiller (Somebody Somewhere), quien, contra todo pronóstico, arrebató el Emmy a los favoritos de The Studio. Su ingenioso “El mundo me decía que probara con computadoras” se convirtió en uno de los memes virales de la noche.

Un presentador con bisturí afilado

Nate Bargatze condujo la gala sin monólogo inicial, apostando por un sketch retro sobre Philo T. Farnsworth, el inventor de la televisión. Lo acompañaron Bowen Yang y Mikey Day, y juntos se burlaron de CBS como “la cadena para gente blanca”. La ocurrencia arrancó carcajadas y recordó que la sátira es también una forma de memoria cultural.

Su truco para acortar discursos fue tan creativo como cruel: descontar dinero de una donación de 100.000 dólares cada vez que alguien se pasara del tiempo. Al final, el contador quedó en números rojos, pero las donaciones posteriores lo elevaron a 350.000 dólares. Humor y solidaridad en una misma ecuación.

Ovaciones, despedidas y resiliencia

Uno de los momentos más emotivos llegó con la victoria de The Late Show with Stephen Colbert, justo cuando la CBS ha anunciado el final del programa para 2026. El teatro entero coreó su nombre, y Colbert, con lágrimas contenidas, dejó una frase para la posteridad: “Nunca he amado tanto a mi país como ahora”. Fue un adiós anticipado y un homenaje colectivo.

Los Emmy como termómetro cultural

Más allá de los nombres propios, la gala evidenció el pulso de la televisión en 2025. El streaming sigue dominando, pero títulos de cable como Hacks o The Pitt prueban que la fuerza narrativa no entiende de plataformas. The Studio representó la sátira punzante; Adolescence, la emoción genuina. Entre la risa y la lágrima, la televisión sigue siendo espejo y catarsis.

En una era de consumo fugaz, los Emmy 2025 demostraron que la televisión todavía tiene el poder de unir a millones frente a una misma pantalla, aunque sea solo por una noche.

Fotos: AFP photo/handout/Frederic J. Brown