Ser recordado por lo que fuiste hasta que la tierra intente borrar tú historia y falle en el proceso. Este, sin duda, es el camino.
Seguramente, habrán escuchado la siguiente afirmación en boca de muchas personas: “Si con dinero puedo comprar todas las cosas materiales que deseo obtener, seguidores, automóviles, casas, yates, cuentas bancarias, hasta incluso una pareja que aunque no me ame, finja hacerlo, ¿Qué más debo buscar en la vida? sino eso”.
Para poder introducir esta pregunta al análisis y debate, antes sería ideal conocer por qué aquellas grandes estrellas del cine, el arte y la música que han gozado de fortunas casi imposibles de gastar, han terminado en el suicidado, como es el caso de Patrick Rocca, Robin Williams, Tony Scott, Lucy Gordon, Kurt Cobain y Steven Good, presidente de una de las más importantes inmobiliarias de EEUU, quien fue hallado muerto dentro de su automóvil Jaguar. La lista sigue.
El tener posesiones materiales, lujos, comodidades y grandes cuentas bancarias, no es un delito ni mucho menos perjudicial para nuestra vida, de hecho amaría la posibilidad de tener un Ferrari en mi garaje para conducirlo durante un rutinario domingo, sin pensar en nada más. El problema está en que busquemos el ser a través del tener.
¿Cómo así? Bueno, el ser es el propósito de tu existencia. ¿Para qué estás aquí? ¿Qué te motiva a levantarte diariamente? ¿Qué huella le piensas dejar al planeta? En pocas palabras, la autotranscendencia.
El ser recordado por lo que fuiste, y seguirás siendo hasta que la tierra intente borrar tu historia y falle en el proceso. Este, sin duda, es el camino.
¿Para ser debo renunciar al tener y viceversa? La respuesta es sencilla: puedes tener las dos si así lo quieres y te lo propones, pero no necesariamente van de la mano. Es por ello que algunos pintores y músicos impregnados con maravillosos dones, se exhiben en plazas y calles compartiendo su magia, solo para conseguir unas cuentas monedas y sobrevivir el día. A ellos no les quita el sueño las riquezas materiales, simplemente quieren ser, punto y final.
Contrario es el ejemplo de una noble enfermera que le llamaremos Claudia. Ella acudió a mi consulta con una depresión que le estaba quitando su vida día a día. Al preguntarle cuáles factores la llevaron silenciosa y progresivamente a su cuadro depresivo, su respuesta fue la siguiente:
–Luis, soy una apasionada enfermera con una intachable carrera profesional y no puedo tener la casa que tanto soné, ni mucho menos el nivel de vida que esperaba, y te aclaro que amo mi profesión y no quiero dar a entender que la estudié por interés monetario, pero sí me frustra saber que con ella no pueda obtener mi seguridad económica, ni mucho menos familiar. ¿Qué hago?
Al explicarle lo del ser/tener, le pregunté:
-¿Te parece justo que le dejes toda la carga del tener a tu ser, que en este caso es tu carrera? ¿Has intentado hacer más dinero con otras actividades de forma paralela a tu vocación de enfermería?
–¿Luis, te parece justo que deba realizar otras labores distintas a mi profesión para obtener libertad financiera?
– Pues no Claudia. Sin embargo, la mayoría de las personas que han obtenido esa libertad financiera son aquellas que ponen el dinero a trabajar y, por el contrario, no ejercen profesiones ni mucho menos cumplen horarios laborales. Para cada cosa hay una fórmula. Si quieres hacer dinero debes trabajar invirtiendo dinero e incluirte en diferentes actividades comerciales, y si deseas ser feliz, dedícate a tu pasión. Recuerda: con mucha suerte ambas pueden venir de la mano.
En resumen, el ejemplo de Claudia nos muestra que actualmente no solo vamos rápido, sino que además, las campañas publicitarias, el marketing y algunos habladores de oficio, nos invitan a distorsionar el ser/tener llevándonos a una mezcla de ‘poder-reconocimiento’ que no sabemos dónde clasificarla o ubicarla, a tal grado que vamos por esta vida creyendo en casi cualquier fórmula mágica que nos propongan.
Todavía existen personas casándose para ser felices, solo porque esa es la supuesta receta social para conseguirla. Recordemos que las figuras más resaltantes de la historia universal, no han sido recordadas precisamente por los maravillosos hijos que tuvieron, sino más bien por las defensas claras de sus convicciones. Conclusión: Si quieres ser feliz, dedícate a lo que amas hacer.
Psicólogo Luis Oropeza
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