Coral Gables, Florida. (VIP-WIRE).-
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Jesucristo…: Como regalo de Navidad te pido la verdad de tu vida”…
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Mi querido niño hecho hombre…: Creo en Dios y en tu sabiduría, en tu cerebro adelantado a la época de aquel siglo I. Y quisiera creer todas las maravillas que cuentan y han escrito acerca de tí. Pero no las creo, porque, en vez del Hijo de Dios, tendrías que haber sido el más grande de los magos en la historia.
Tu madre María vírgen, no obstante haberte parido a tí, caminar sobre el mar, convertir la lluvia en panes, “Lázaro Levántate y Anda” y resucitar a los tres días, son extraordinarias leyendas, pero imposibles de creer si uno conoce lo posible y lo imposible, y si se es un ciudadano medio en cuanto a la educación de hoy día, siglo XXI.
Pero fueron oportunos tales inventos, porque hacían falta entonces para ayudarte a salvar a la humanidad, incluso después de crucificado y muerto. Sí, si creo que te torturaron y te sacrificaron. Fuiste un héroe. Lo siento mucho.
Y si no viniste a este mundo navegando sobre encantos celestiales como mienten, tuviste más méritos. Siendo El Hijo de Dios (¿no habíamos quedado en que todos somos hijos de Dios?), pues, siendo El Hijo de Dios, con esa milagrosa ayuda, tendríamos mucho menos qué reconocerte.
Nada dicen de los juegos en tu infancia. Siento mucho que no conocieras los ritos religiosos abuelos del beisbol, creados por los egipcios tres mil años antes de tú nacer, como homenaje al Dios Osiris.
Creo que algo jugarías, como hemos jugado los niños de todas las generaciones. Pero eso no interesó a quienes escribieron tu vida, historiadores mediocres para esta época.
Como tampoco dijeron de tus actividades como hombre, como amante, las cuales debieron ser abundantes y gloriosas porque eras un hombre bello y famoso. Me atrevo a imaginar que tus relaciones con María Magdalena eran mucho más de cama que las muy blancas, libres de sexo, pregonadas por tus historiadores.
La Iglesia Católica, su doctrina, sus ritos, hacían falta en tu época y hacen falta ahora. Pero debemos modernizarnos, ponernos al día, explicar por qué se mentía si mentir es pecado, y dejar de mentirle a los fieles de hoy.
Suplico al Papa Francisco actualizar y modernizar la Iglesia católica, comenzando por la corrección y la modernización de su propia historia… Mentir es pecar.
Creo en tí, como héroe y salvador de la humanidad.
Juan Vené.-
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
ATENCIÓN.- Lee el archivo reciente de “Juan Vené en la Pelota” en internet, por “el deporte vuelve a unirnos”.
@juanvene5