El cáncer de intestino delgado representa aproximadamente el 3% de los tumores digestivos, siendo un tipo de enfermedad oncológica poco común. Esta condición está influenciada tanto por factores genéticos hereditarios como por condiciones de salud que causan inflamación crónica en el intestino. Aunque es menos frecuente que el cáncer colorrectal y el cáncer de estómago, presenta riesgos como la predisposición hereditaria a padecer pólipos múltiples en el intestino y otras enfermedades que causan inflamación crónica.
La Dra. Sylvia Benítez, gastroenteróloga y jefa del Departamento de la Clínica de Prevención del Cáncer de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), señala que el cáncer de intestino delgado representa solo el 2% al 3% de los tumores malignos del aparato digestivo. Los adenocarcinomas, linfomas, tumores carcinoides y el tumor del estroma gastrointestinal (Gist) son algunas de las lesiones malignas que pueden aparecer en este órgano.
Los pacientes con cáncer de intestino delgado pueden experimentar síntomas como obstrucción intestinal o sangrado. Dado que el intestino delgado es de menor circunferencia, incluso lesiones pequeñas pueden bloquear el paso de alimentos, causando dolor abdominal, vómitos tardíos, distensión abdominal y anemia crónica o hemorragias agudas.
Las causas de este tipo de cáncer incluyen condiciones de salud que provocan inflamación crónica de los intestinos, como la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca no tratada, así como mutaciones genéticas transmitidas por la familia que causan síndromes como Peutz-Jeghers, Lynch y la poliposis adenomatosa familiar (PAF). Estos síndromes pueden formar pólipos anormales en las paredes intestinales, donde pueden desarrollarse adenocarcinomas.
La Dra. Benítez recomienda que las personas con estas patologías se realicen chequeos médicos periódicos para controlar y prevenir el desarrollo de este tipo de cáncer.
En cuanto al diagnóstico y tratamiento, la especialista menciona que la obstrucción intestinal suele tratarse quirúrgicamente. Si hay sangrado, se realiza una enteroscopia después de estabilizar al paciente para localizar y obtener una muestra de la lesión para biopsia. La enteroscopia es un procedimiento endoscópico que evalúa completamente el intestino delgado y permite tratar hemorragias, resecar pólipos y tomar biopsias de las lesiones encontradas.
El tratamiento posterior se basa en los resultados de la biopsia y el tipo de lesión encontrada. El estadio de la enfermedad se relaciona con la propagación de las células cancerosas dentro y alrededor del intestino delgado. Los procedimientos de imagen ayudan a diagnosticar y determinar el alcance de la enfermedad.
Lamentablemente, en la mayoría de los casos el diagnóstico es tardío. Las opciones terapéuticas incluyen cirugía, quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o combinaciones de estos tratamientos.
Como recomendaciones para reducir el riesgo de cáncer en general, se sugiere seguir una dieta balanceada recomendada por un nutricionista, reducir o eliminar el consumo de alcohol, no fumar, hacer ejercicio bajo la guía de un instructor especializado y mantener un peso saludable. Además, es importante controlar cualquier condición de salud mediante chequeos médicos periódicos.
Para obtener más información sobre prevención y tratamiento de enfermedades oncológicas, se puede visitar el sitio web de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) en https://www.sociedadanticancerosa.org/ y seguir sus cuentas en redes sociales: Instagram @sociedadanticancerosavzla, Twitter @SAnticancerosa y Facebook Sociedad Anticancerosa de Venezuela-SAV.
#SAV #SociedadAnticancerosadeVenezuela #CáncerdeIntestinoDelgado #Cáncer #Pólipos #Celiaquía #Celíacos #Quimioterapia #CáncerSistemaDigestivo