El presidente de Chile, Gabriel Boric, reconoció este jueves que la relación con Venezuela «no es fácil», pero aseguró que su gobierno tiene «la mejor voluntad» para encontrar una solución a los más de 20.000 migrantes venezolanos que Chile busca deportar a su país de origen.
«Venezuela tiene un rol muy importante que jugar. Acá no se trata de que escalemos problemas, sino que busquemos soluciones. Y ese es el espíritu del gobierno chileno». Así lo dijo Boric en declaraciones a los medios en el norte de Chile.
El mandatario progresista admitió que la migración es un fenómeno que tildó de «muy difícil». Y dijo que su gobierno usará «todas las herramientas que otorga el derecho internacional para abordarlo».
«La relación evidentemente hace tiempo no es fácil, pero nosotros tenemos la mejor voluntad para trabajar», añadió.
Boric y la crisis con los migrantes venezolanos
En la localidad de Colchane, epicentro de la inédita crisis migratoria que vive Chile, Boric pidió el miércoles a Bolivia y Venezuela recibir a los migrantes deportados. Y anunció un reforzamiento de las medidas de seguridad en la frontera norte para frenar la llegada irregular de migrantes, principalmente venezolanos desde territorio boliviano.