Michael J. Fox aceptó un Oscar honorífico por su trabajo en la investigación del Parkinson en el 13º Baile Anual de los Gobernadores de este fin de semana.
El legendario actor fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson en 1991 y rápidamente se convirtió en el más famoso defensor de la búsqueda de una cura, fundando la Fundación Michael J. Fox en 2000.
En 2020, la estrella de Regreso al Futuro anunció que se retiraba de la actuación debido al avance de la enfermedad.
La enfermedad de Parkinson es una afección que dura toda la vida y que hace que partes del cerebro se deterioren durante muchos años, según el NHS.
Los síntomas pueden incluir músculos rígidos e inflexibles, temblores involuntarios y lentitud de movimientos.
Hasta la fecha, la organización sin ánimo de lucro de Michael J. Fox ha financiado cerca de 1.500 millones de dólares (1.270 millones de libras) en investigación.
Por ello, ahora ha sido galardonado oficialmente con el Premio Humanitario Jean Hersholt, que premia a aquellos «cuyos esfuerzos humanitarios han dado crédito a la industria».
Michael recibió el premio este fin de semana en la 13ª edición de los Governors Awards de manos de Woody Harrelson, y estuvo acompañado por su esposa Tracy Pollen, sus cuatro hijos y su coprotagonista de Regreso al Futuro, Christopher Lloyd.
Antes de pronunciar un emotivo discurso de 13 minutos, Michael fue recibido con una gran ovación del público.
«Me estáis haciendo temblar, parad», bromeó.
El actor repasó rápidamente sus primeros años de vida y carrera, desde su traslado a Estados Unidos desde Canadá hasta su gran oportunidad en Family Ties y, posteriormente, en la trilogía de Regreso al Futuro.
«En algún momento, hacia los 29 años, me diagnosticaron Parkinson y me dijeron que solo me quedaban diez años de trabajo», recordó. «Eso fue una mierda».
Cuando decidió hacer pública la noticia de su salud, Michael compartió: «La avalancha de apoyo del público en general, la hermosa reacción de todos mis compañeros en el negocio del entretenimiento, todos ustedes, gracias, y la gente con la que trabajé, fue transformadora».
Michael describió en broma el Parkinson como el «regalo que sigue tomando», antes de añadir que «realmente ha sido un regalo» por todo lo que le abrió.
Tras señalar que la parte más difícil fue «lidiar con la certeza del diagnóstico y la incertidumbre de la situación», agradeció a su esposa Tracy por dejar claro «que estaba conmigo mientras durara».
Michael concluyó su discurso mirando su trofeo y admitiendo que «no puedo caminar y llevar esta cosa», antes de añadir «pero le pido a Tracy que vuelva a llevar el peso».
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