Las señales dispares sobre la solidez de la economía estadounidense han dejado a la Reserva Federal en una complicada disyuntiva que cada vez se acentúa más..
La inflación anda por alturas no vistas en cuatro décadas, pero el mercado laboral luce robusto y el gasto consumidor sólido, con lo cual el banco central estadounidense está bajo presión para elevar agresivamente las tasas de interés.
Pero hay otros indicios según los cuales la economía podría estar perdiendo empuje y quizás incluso se contrajo en la primera mitad del presente año. Tales indicios llevarían al banco central a dejar de elevar las tasas, o incluso a reducirlas.
Por ahora, sin embargo, la Fed está concentrada en su batalla contra la inflación y esta semana muy probablemente anunciará otro considerable aumento de las tasas de interés. Ese incremento, aunado con los anteriores, elevará el costo de créditos para particulares y empresas, y con el tiempo servirán para enfriar la actividad económica.
“Hasta que haya evidencias claras de que el mercado laboral se está deteriorando significativamente, la prioridad de la Reserva Federal debe ser el combate a la inflación”, estimó Matthew Luzzetti, economista de Deutsche Bank.
Se espera que el miércoles, cuando concluya su reunión, el banco central anunciará un segundo aumento consecutivo de tres cuartos de punto, con lo que su tasa referencial quedaría en un rango de entre 2,25% y 2,5%. Sería su cuarto aumento desde marzo, cuando elevó las tasas en un cuarto de punto.
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