El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este lunes para discutir la crisis política y de seguridad en Haití, en medio de planes para imponer posibles sanciones a las bandas armadas que controlan parte del país.
Los países del máximo órgano de decisión de la ONU están estudiando medidas para responder a la violencia, entre ellas posibles sanciones a los líderes de las bandas armadas y la imposición de un embargo que prohíba la venta de armas a estos grupos.
Para que el proyecto de resolución de sanciones sea adoptado, la resolución necesita nueve votos a favor entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad y ningún veto de Rusia, China, Estados Unidos, Francia o Reino Unido.
El pasado 9 de octubre, el secretario general de la ONU, António Guterres, propuso el envío a Haití de una «fuerza de acción rápida» compuesta por militares de uno o varios países para ayudar al Gobierno a recuperar el control de Puerto Príncipe de las bandas armadas que actualmente dominan partes de la capital y desbloquear el suministro de combustible y otros productos básicos.
Guterres sugirió que la operación no se desarrolle bajo el paraguas de Naciones Unidas, sino que esté liderada por un Estado miembro que la ejecutaría en solitario o con el apoyo de otras naciones.
«La fuerza, en particular, apoyaría a la Policía Nacional de Haití principalmente en el área metropolitana de Puerto Príncipe para asegurar el libre movimiento de agua, combustible, comida y suministros médicos desde los principales puertos y aeropuertos a comunidades e instalaciones sanitarias», explicó el portugués.
La idea responde a la solicitud hecha por el Gobierno de Haití.