El gobierno de Venezuela ha emitido una contundente respuesta a la administración estadounidense, calificando sus recientes amenazas y difamaciones como una señal de «desesperación» y falta de credibilidad. Argumenta que las acusaciones de narcotráfico por parte de Washington son infundadas y un reflejo del fracaso de sus propias políticas en la región.
En un comunicado, el gobierno venezolano destaca sus logros en la lucha contra el crimen organizado desde la expulsión de la DEA en 2005. Según el comunicado, se han logrado «resultados contundentes» a través de capturas exitosas, el desmantelamiento de redes de narcotráfico y un control efectivo de fronteras. Estos esfuerzos son atribuidos al compromiso de las instituciones y del pueblo venezolano.
Las autoridades de Caracas advierten que las amenazas de Estados Unidos no solo afectan a Venezuela, sino que también ponen en riesgo la paz y estabilidad de toda la región, incluyendo la Zona de Paz declarada por la CELAC. Aseguran que estas acciones van en contra de la soberanía y la cooperación entre los pueblos latinoamericanos.
