El asesor especial para Asuntos Internacionales de la Presidencia de Brasil, Celso Amorim, manifestó su oposición al ingreso de Venezuela en el bloque de países emergentes conocido como BRICS. En una entrevista con CNN, Amorim argumentó que no es conveniente expandir el grupo sin un análisis cuidadoso de los nuevos miembros, advirtiendo que podría transformarse en un nuevo G-77 si se permite la inclusión indiscriminada de países.
Amorim enfatizó la necesidad de que los BRICS se amplíen con naciones que aporten valor en un mundo cada vez más polarizado y multipolar. «Hay que estudiar muy bien la entrada de nuevos países. Se necesitan países que puedan contribuir. Tenemos que tener un enfoque estratégico de las admisiones», afirmó, subrayando que los criterios de admisión son más relevantes que el país en sí.
La postura de Brasil sobre la inclusión de Venezuela se debatirá esta semana en la Cumbre de los BRICS en Rusia. Diplomáticos involucrados en las negociaciones han indicado que Brasil está considerando la posibilidad de vetar la entrada de Venezuela, especialmente debido a la falta de transparencia en el proceso electoral del país, donde el régimen de Nicolás Maduro no ha presentado las actas electorales solicitadas.
Además, la diplomacia brasileña está evaluando cómo un veto formal podría afectar las relaciones con Venezuela, dado que países como China, Rusia e Irán han mostrado apoyo a la adhesión de Caracas. En este contexto, Brasil ha mostrado más interés en la inclusión de Colombia y Cuba en el bloque.
La situación de Venezuela en el BRICS se complica aún más al compararla con el caso de Nicaragua, donde Brasil ya tomó medidas diplomáticas tras la expulsión de su embajador. La decisión final sobre la inclusión de Venezuela en el BRICS podría tener implicaciones significativas para la política exterior brasileña y su relación con la región.