Después de retirarse oficialmente como miembro de los Cachorros, Anthony Rizzo, tenía algunos planes para su día en el Wrigley Field el sábado por la tarde. Quería comer un hot dog y tomarse unas cervezas frías con los aficionados en las famosas gradas del antiguo estadio. Bromeó diciendo que quizás le lanzaría una bola al jardinero izquierdo Ian Happ.
“Tengo un solo día para disfrutarlo al máximo”, dijo Rizzo.
¡Como un fan más! Rizzo se despidió a lo grande desde las gradas del Wrigley
El ícono de los Cachorros debería haber traído su guante.
En la segunda entrada de la eventual derrota de los de casa 5-4 ante Tampa Bay, el novato de Chicago, el venezolano Moisés Ballesteros, conectó un lanzamiento del pitcher de los Rays, Drew Rasmussen, enviando la bola alto por el jardín izquierdo. La bola hizo una parábola y terminó yendo justo hacia donde Rizzo estaba sentado entre los fanáticos. El ex primera base de los Cachorros abrió los ojos sorprendido y se levantó de un salto mientras la bola llegaba.
La bola rebotó en la mano derecha extendida de Rizzo y cayó en la fila detrás de él. Rizzo echó la cabeza hacia atrás riendo y luego levantó ambos brazos al cielo, celebrando con el aficionado que logró atrapar la bola. También fue un jonrón especial: el primer cuadrangular en las Grandes Ligas para Ballesteros.
LA/MLB
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