Los grandeligas Miguel Cabrera (Tigres de Detroit) y Albert Pujols (Cardenales de San Luis) en estos momentos son las atracciones en el Dodger Stadium, incluso en el Derby de Jonrones ganado por dominicano Juan Soto (Nacionales de Washington) donde participó el segundo y agradó por su calidad.
Cada uno tiene dos décadas en las Grandes Ligas, con 3.000 hits, 500 o 600 jonrones, 600 o casi 700 dobles, quienes celebran, gozan y hasta pueden comenzar a pregonar que lo lograron.
Brillantes, constantes, productivos, incluso algunos dirían que nunca alcanzaron captar el mismo nivel de atención que otras superestrellas sí recibieron. Pero en cierto modo tampoco jamás jugaron en busca de esas atenciones, que en estos instantes los abruma. Y muy merecidamente.
A Cabrera y Pujols el comisionado Rob Manfred los escogió como legado para la edición 92 del Juego de Estrellas Y si bien ningún pelotero, o dos, pueden ser más grande que la semana del All Star, es muy claro que este par de leyendas son la guinda o el centro del espectáculo.
Pujols dejó claro que no piensa que el show gire a su alrededor, pero cuando el comisionado te llama personalmente eso es importante. “Yo tuve que pensarlo”, explicó, “pero es difícil decirle que no al comisionado”.
Si Pujols tuvo que tomarse un tiempo, Cabrera no necesitó ni de un segundo. “¡No!”, dijo y de inmediato soltó una risa. “Fue fácil. Porque el año que viene será mi último en el béisbol. Así que decirle que no a una oportunidad así iba a ser difícil. Por eso fue una decisión bien fácil”, aclaró.
Cabrera y Pujols en realidad sí disfrutan el momento, y esperan hacerlo bien cuando los requieran los mánager de las ligas Americana y la Nacional. ¡Así es!.
Genuina/Matthew Leach/MLB.com
Albert Pujols y Miguel Cabrera parece que tienen juguetes nuevos