El papa Francisco inicia este domingo una visita de seis días a Canadá con el propósito de “contribuir al camino de sanación y reconciliación ya emprendido”
El papa Francisco inicia este domingo un viaje de seis días a Canadá. El principal objetivo es reiterar las disculpas por el papel que la Iglesia católica tuvo en los antiguos internados para niños autóctonos: centros de “asimilación forzosa” que han dejado nefastas consecuencias en generaciones de estos pueblos canadienses.
Francisco declaró en Roma el 17 de julio que sería un “viaje de penitencia” para “contribuir al camino de sanación y reconciliación ya emprendido”.
El pontífice estará presente en las provincias de Alberta y Quebec, así como en el Territorio de Nunavut. Sostendrá reuniones con miembros del clero y autoridades políticas (como el primer ministro, Justin Trudeau, y Mary Simon, gobernadora general de Canadá). También oficiará misas en las ciudades de Edmonton y Quebec.
Sin embargo, su itinerario estará concentrado principalmente en encuentros con líderes autóctonos y ex alumnos de las escuelas residenciales, además de visitas al antiguo internado de Ermineskin (en Maskwacis, Alberta), y a Iqaluit, la capital de Nunavut cuya población es mayoritariamente de origen inuit.
Ghislain Picard, jefe de la Asamblea de Primeras Naciones de Quebec y Labrador, declaró este miércoles que corresponde a los sobrevivientes de los internados juzgar si las palabras del Papa son o no aceptables. “Las disculpas solo serán muy significativas en la medida en que produzcan acciones que las respalden”, apuntó.
Entre 1883 y 1996, unos 150.000 niños indígenas vivieron en una red de 139 centros financiados por el Gobierno federal y administrados por grupos religiosos (católicos en su mayoría). Los golpes, las agresiones sexuales, la negligencia, el racismo y el repudio cultural fueron comunes dentro de sus muros.
Trudeau dijo hace un año que “el mayor error que ha cometido este país es la asimilación forzosa de los menores indígenas a través de los internados”. Algunos expertos calculan que más de 6.000 niños fallecieron en estos sitios. El hallazgo de más de 1.400 tumbas sin marcar -desde mayo de 2021- en terrenos de estas antiguas instituciones ha confirmado el horror del informe publicado en 2015 por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.
En 2007, tras años de protestas y batallas judiciales, se firmó un acuerdo entre exalumnos, representantes federales y grupos religiosos. Ottawa y las Iglesias protestantes se disculparon y cubrieron sus montos de indemnización, pero no las autoridades católicas en Canadá. La presión fue en aumento conforme se informaba del hallazgo de las tumbas sin marcar.
El primer ministro Trudeau y políticos de la oposición manifestaron que el Papa debía dar el paso para favorecer la reconciliación. En esta oleada de indignación, una decena de templos fueron consumidos por el fuego, mientras que otros sufrieron actos vandálicos.
Una delegación integrada por líderes indígenas y obispos canadienses viajó a Roma a finales de marzo. El 1 de abril, Francisco expresó en audiencia: “Siento vergüenza y dolor por el papel que algunos católicos, en particular los que tenían responsabilidades educativas, han tenido en todas estas cosas que les han herido, los abusos que ustedes han sufrido y la falta de respeto mostrada hacia su identidad, su cultura e incluso sus valores espirituales”.
El pontífice agregó: “Por la deplorable conducta de estos miembros de la Iglesia católica, pido perdón a Dios y quiero decirles de todo corazón que lo siento mucho. Y me uno a mis hermanos, los obispos canadienses, para pedirles perdón”.
Los representantes indígenas indicaron que el Papa debería también pronunciar estas palabras en Canadá, como lo había recomendado la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. El 13 de mayo, el Vaticano informó oficialmente de la visita.
Fuente: El Pais