El informe del Fondo Moneterio Internacional (FMI) publicado a finales de 2022 indica que la «reducción del salario nominal no aplana la curva de la inflación».
Más bien aclara que por el contrario, en momentos de crecimiento de salarios y precios en los que sí hay subidas de mensualidades en términos nominales, la inflación termina bajando y disminuyendo de manera similar a cuando no los hay, pero el poder adquisitivo de los trabajadores se recupera antes.
Incluso en un contexto de «shock de demanda negativo», como el que experimenta la economía desde la pandemia de la Covid-19 por la subida de los precios energéticos, «no hay evidencia de relación entre salarios y precios».
Información obtenida por Cinco Días sostiene que para el director general del Instituto de Estudios Económicos de España, Gregorio Izquierdo, las experiencias de otras crisis inflacionarias han hecho que los actores institucionales hayan gestionado mejor la coyuntura.
Eso significa que ha evitado que, cuando la inflación estaba al alza, se registraran subidas desmesuradas o medidas procíclicas que generan efectos de segunda ronda, lo que, según el experto Izquierdo, «habrían hecho la situación mucho peor e irreversible, con una inflación mayor y más persistente, y con destrucción de empleo».
Con información de Banca y Negocios/Aymara Higuera