Pocas veces fue tan fácil explicar un partido. Paris Saint Germain ganó de este modo porque está muchos goles por delante de Inter Miami. Es mucho mejor en lo técnico, en lo físico y en lo táctico. No hay equivalencias entre ambos equipos, y eso se vio en el estadio Mercedes Benz, de Atlanta.
En la primera mitad, el PSG jugó en serio, y liquidó el resultado, y, en la segunda mitad, completó el trámite y guardó energías.
En un Mundial en el que en varios encuentros las diferencias de presupuesto se acortaron en el campo de juego, en este partido quedaron todas expuestas. El campeón de Europale pasó por encima al conjunto de Messi.
A los tres minutos, fue la primera jugada de peligro en el arco de Oscar Ustari, y ya quedó claro: PSG estaba decidido a liquidar el resultado lo antes posible. El primer gol llegó a los 6 minutos, por un cabezazo de João Neves, que entró sin marca por detrás, a la salida de un tiro libre.
El tanto podría haberse concretado por cualquier otra acción de juego. PSG llegó con centros, con toques hasta adentro del área chica, y con remates desde afuera.
Que vinieran más goles, era cuestión de tiempo, y así fue: Cayeron por peso propio entre los 39 y el cierre de la primera mitad: Neves de nuevo, Avilés en contra y Hakimi.
En el segundo tiempo, bajó la intensidad del cuadro francés, e Inter Miami tuvo algunos espacios. Esas acciones levantaron al público que colmó el impresionante estadio ubicado en la calurosa Atlanta. Pero sólo ocurrió porque el PSG decidió ahorrar energías para lo que viene en el torneo.
Lionel Messi hizo lo que pudo, pero fue víctima de la inferioridad futbolística de su equipo. Buscó moverse por la derecha y por el centro del ataque, e intentó algunas jugadas con vergüenza deportiva, que al menos levantaron al público.
Su actuación en el segundo tiempo fue conmovedora, a pesar del resultado, pero ni su genio pudo acortar las distancias.
PSG no necesitó actuaciones descollantes. Sólo salir a jugar el partido con seriedad y sin subestimar al rival. Lo hizo en los 45 minutos iniciales y eso fue suficiente. Vitinha y Fabián Ruiz manejaron el mediocampo a su antojo, y en la ofensiva, alcanzó con las llegadas de Neves y Hakimi.
Luis Enrique usó el complemento para darle minutos a algunos jugadores y para «descansar». Ganó con la autoridad de un campeón, y llegará fresco a los cuartos de final (RG).
