El jardinero de los Yanquis de Nueva York, Aaron Judge, no sólo repitió el galardón, sino que lo hizo con una temporada estadísticamente descomunal: 53 cuadrangulares, un wRC+ de 204 y un fWAR de 10.1, cifras que lo colocan en la élite histórica de la sabermetría, a tenor de lo que señala el portal “Meridiano”.
Judge se convirtió en el primer yanqui en ganar el MVP en años consecutivos desde Roger Maris en 1960 y 1961, y apenas el cuarto jugador de la franquicia en alcanzar tres premios MVP.
Liderazgo absoluto
La campaña de Judge no se limita a estadísticas. Su presencia en la alineación de los Mulos fue sinónimo de estabilidad, poder y liderazgo.
En un año el que Nueva York enfrentó lesiones y altibajos, el capitán se mantuvo como el eje emocional y competitivo del equipo. Su OPS superó los 1.100, y su capacidad para producir en momentos claves lo convirtió en el terror de los lanzadores rivales.
Cal Raleigh y el ascenso de nuevas figuras
El segundo lugar de Cal Raleigh, receptor de los Marineros, con 335 puntos, dejó ver lo cerrada que estuvo la decisión.
Su temporada ofensiva y defensiva fue sobresaliente, y su candidatura refleja el crecimiento de Seattle como contendiente.
José Ramírez (224), Bobby Witt, hijo, (215) y el lanzador Tarik Skubal (139) completaron el Top 5.
Rumbo al Salón de la Fama
Con tres MVPs en su vitrina, Aaron Judge se une a un grupo de peloteros que han dominado su era.
Su trayectoria ya lo proyecta como futuro miembro del Salón de la Fama, y su impacto en los Yanquis lo coloca en la conversación, junto a leyendas como Joe di Maggio, Mickey Mantle y Maris (RG).
