El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dictaminado que los presidentes gozan de «inmunidad absoluta» frente al enjuiciamiento penal por actos oficialmente reconocidos durante su mandato. Sin embargo, también estableció una «presunción de inmunidad» para los actos oficiales de los expresidentes, excluyendo aquellos que no se consideren oficiales.
La decisión en el caso Trump v. Estados Unidos abre la posibilidad para que el fiscal especial Jack Smith continúe con la acusación contra el ex presidente Donald Trump, quien actualmente está buscando destituir al presidente Joe Biden. El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, ha devuelto el caso a los tribunales inferiores para determinar si la conducta de Trump puede ser clasificada como oficial o no oficial.
Trump enfrenta múltiples cargos por su papel en los eventos del 6 de enero de 2021, incluyendo conspiración para defraudar a Estados Unidos y obstrucción de un procedimiento oficial. En agosto, un gran jurado aprobó una acusación formal, y en febrero, el Tribunal de Apelaciones del Circuito de DC confirmó la decisión de permitir que el caso proceda tras rechazar las reclamaciones de inmunidad.
Además, Trump fue recientemente condenado en Nueva York por falsificación de registros comerciales relacionados con pagos de silencio, incluyendo a la actriz porno Stormy Daniels. En este caso, enfrenta una sentencia programada para el 11 de julio.
Mientras que el caso de Nueva York es a nivel estatal, el caso de interferencia electoral afectado por esta decisión del SCOTUS sería a nivel federal. Esto podría permitir a Trump, si es condenado y elegido presidente, el potencial de indultarse a sí mismo.