Kamchatka, Rusia. A las 11:24 de la mañana del 30 de julio (23:24 UTC del 29), la tierra tembló con una violencia que no se sentía desde el megaterremoto de Japón en 2011. Un sismo de magnitud 8.8 estremeció la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, provocando una reacción en cadena de alertas de tsunami en todo el océano Pacífico.
Con epicentro a 136 kilómetros al este-sureste de Petropavlovsk-Kamchatsky y una profundidad de 18.2 kilómetros, el movimiento telúrico iguala en potencia a terremotos históricos como los de Chile en 2010 y Sumatra en 1833. El evento dejó daños materiales considerables en la zona rusa y desencadenó protocolos de emergencia desde Japón hasta América Latina.
Epicentro en la zona más sísmica del planeta
Kamchatka no es un extraño a estos fenómenos. Ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico —responsable de más del 90% de los terremotos del planeta— esta región es un cruce de placas tectónicas donde la del Pacífico se introduce bajo la del mar de Ojotsk. La acumulación de tensión en esa zona generó el potente evento, precedido por un sismo de magnitud 7.4 apenas diez días antes.
“Es el más fuerte en décadas”, declaró el gobernador de Kamchatka, Vladimir Solodov. Los efectos se sintieron de inmediato: una guardería parcialmente colapsada, heridos leves en el aeropuerto regional y, lo más preocupante, olas de hasta 4 metros que azotaron el puerto de Severo-Kurilsk.
Más de 2.700 personas, incluidos 600 menores, fueron evacuadas en las islas Kuriles tras la llegada de las olas. En Yelizovo, el ministro de emergencias Sergei Lebedev confirmó también olas de hasta 4 metros. Pese a la magnitud del sismo y el tsunami, no se han reportado víctimas fatales, aunque las autoridades mantienen un alto nivel de alerta por posibles réplicas y nuevas marejadas.
Olas cruzan el Pacífico: Japón y Hawái, en máxima alerta
En Japón, el sismo activó alarmas desde Hokkaido hasta Wakayama. La Agencia Meteorológica japonesa ordenó evacuar a más de 1.9 millones de personas y suspendió el funcionamiento de al menos 42 líneas ferroviarias. Las primeras olas, aunque menores, llegaron a la costa norte, mientras se esperaban alturas de hasta 3 metros en otras prefecturas.
“Salvemos vidas. Eso es lo esencial”, dijo el primer ministro Shigeru Ishiba desde Tokio, donde se emitió un aviso de tsunami de hasta un metro.
En Hawái, la NOAA ordenó evacuaciones inmediatas en Oʻahu y otras zonas de riesgo. Las olas llegaron pasadas las 7 de la tarde (hora local), con alturas que rozaron el metro y fuertes corrientes en torno a las islas. La costa oeste de EE.UU. —desde Alaska hasta California— fue colocada bajo vigilancia, y se activaron alertas naranjas y rojas en un tramo crítico entre California y Oregón.
El presidente Donald Trump advirtió desde sus redes: “Hawái está en alerta máxima. Sigan las instrucciones. Manténganse seguros”.
Latinoamérica activa sus protocolos
Perú: La Marina advirtió sobre la llegada de olas en distintos puntos del litoral, desde el norte hasta Matarani, y recomendó suspender toda actividad marítima.
Ecuador: El INOCAR alertó de una “alta probabilidad” de tsunami en las Islas Galápagos, con olas previstas de hasta 1.4 metros. La costa continental se mantuvo bajo observación permanente.
Chile: SENAPRED activó evacuaciones preventivas en Atacama, Coquimbo y Valparaíso. El presidente Gabriel Boric pidió a la población “actuar con calma pero con rapidez”.
México: Aunque no se ordenaron evacuaciones, las autoridades informaron sobre oleaje elevado en varias zonas del Pacífico.
Asia-Pacífico refuerza su vigilancia
Países como Filipinas, Indonesia, Nueva Zelanda y Taiwán activaron alertas y recomendaciones para evitar zonas costeras. En Indonesia, la región de Papúa y Maluku del Norte fue puesta bajo atención especial por su cercanía a la zona de subducción.
El evento de Kamchatka nos recuerda que los grandes terremotos no respetan fronteras ni husos horarios. Expertos coinciden en que su relativa poca profundidad, junto con su intensidad, lo hace especialmente eficiente en la generación de tsunamis. Aunque hasta ahora los daños humanos han sido mínimos, la alerta sigue vigente en múltiples regiones ante el riesgo de réplicas —algunas ya superiores a magnitud 7— y marejadas posteriores.
Los sistemas de alerta y evacuación han funcionado, pero no sin tensiones ni dificultades logísticas. Las autoridades, desde Japón hasta Chile, han reiterado que el peligro no ha pasado.
Recomendaciones clave
- Evite las costas: incluso horas después del sismo, las olas pueden seguir llegando.
- Siga solo fuentes oficiales: servicios de protección civil, agencias meteorológicas y oceanográficas.
- Prepárese para evacuaciones rápidas: especialmente en zonas de alto riesgo.
- No regrese a zonas afectadas hasta que se levanten las alertas.
Foto: AFP News
