Las esperanzas del Real Madrid para alzarse con el título de la Liga de fútbol española penden de un hilo tras una temporada intensa y un clásico reciente, que dejó un sabor amargo en la afición merengue.
La derrota por 4-3 ante el FC Barcelona en el último enfrentamiento directo –destaca el portal “Meridiano”– ha ampliado a siete puntos la distancia entre ambos contendientes, una brecha significativa a falta de tan sólo tres jornadas para la conclusión del campeonato.
El revés en el clásico, el cuarto de la temporada frente a su eterno rival, ha generado un ambiente de incertidumbre en el seno del club blanco.
Los errores puntuales de los capitalinos, por un lado, y la solidez de los azulgranas, por el otro, han marcado la diferencia en los duelos directos.
Sería un verdadero milagro
El único camino que le queda al conjunto dirigido por Carlo Ancelotti para obrar el milagro –porque sería un verdadero milagro– pasa por que la oncena desarrolle una impecable recta final, en primer lugar.
Así, Los blancos deberán sumar los nueve puntos en juego, enfrentándose sucesivamente al Mallorca, Sevilla y Real Sociedad.
Tres encuentros que, si bien presentan diferentes niveles de dificultad, se antojan cruciales para mantener viva la llama de la esperanza.
Dependen también del Barcelona
Sin embargo, la ecuación para el Real Madrid no se completa únicamente con sus propias victorias.
Así, en segundo lugar, para que el “Santiago Bernabéu” pueda celebrar un nuevo título liguero, el Barcelona deberá perder en sus tres compromisos restantes. No hay otra.
El calendario del conjunto blaugrana incluye enfrentamientos contra el Espanyol, Villarreal y Athletic Bilbao.
La afición madridista se aferra a este escenario, por improbable que parezca.
Sin dudas, las próximas semanas se presentan emocionantes y llenas de tensión para los seguidores de ambos equipos.
La Liga española entra en su recta final, con un líder sólido, pero con un perseguidor histórico dispuesto a agotar todas sus opciones.
El Real Madrid sabe que la tarea es difícil, pero mientras haya una mínima posibilidad matemática, la lucha por el título continuará hasta el último suspiro (RG).