El joven torero portugués Manuel Maria Trindade, de 22 años de edad, murió este sábado23 de agosto, luego de ser embestido por un toro de 700 kilogramos durante una corrida que se realizó el día anterior en la Plaza de Toros de Campo Pequeño, situada en Lisboa, Portugal.
De acuerdo con el portal “Cactus 24”, el muchacho, que residía en São Miguel de Machede y formaba parte del grupo Forcados Amadores de São Manços, distrito de Évora, perdió mucha sangre después de chocar violentamente contra las tablas, a donde lo lanzó el astado, y caer sobre la arena.
En principio, Trindade fue asistido por sus compañeros y luego estabilizado en la enfermería de Campo Pequeño por el equipo médico de guardia en la corrida.
Tras recibir primeros auxilios, fue trasladado al Hospital de Santa María, y, más tarde, en muy críticas condiciones y con ventilación asistida, al Hospital de São José, en la capital del país, donde ingresó con “muerte cerebral”.
Murió finalmente al día siguiente, pese a toda la atención médica que recibió.
Defiende la memoria de su hijo
La mamá de Trindade, Alzira Beringel, utilizó sus redes sociales para defenderse de las críticas que recibió por las corridas de toros en las que participaba su hijo.
“Vengo a agradecerles todos sus aplausos, todas las risas y regocijos por la muerte de mi hijo. ¿Lo conocieron como para alegrarse de su muerte? ¿Saben si le gustaban los animales? ¡Por casualidad, sí! Siempre hemos tenido perros, y son parte de nuestra familia. Dormían con él, y cuando llegaba a casa, se reían con él… Los animales saben quiénes son las buenas personas», expresó.
“Me había prometido a mí misma no leer sus comentarios inteligentes, pero fueron apareciendo algunos ‘tan bonitos’, que no pude soportar y tuve que agradecerles por el apoyo y el cariño mostrado. Todavía vivimos en un país democrático, en el que cada uno es libre de gustar lo que le guste y a nadie más le importa”, añadió la mujer.
Sobre el final de su mensaje, la mamá del torero sostuvo:
“Estoy aquí en mi casa, haciendo tiempo… esperando… que me entreguen el cuerpo de mi ‘niño de oro” (RG).
