Miles de manifestantes salieron el viernes 20-Ene a las calles de la capital de Perú y fueron recibidos con ráfagas de gases lacrimógenos por segundo día consecutivo, mientras los manifestantes dejaban en claro que mantendrán sus movilizaciones para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. .
Muchos de los manifestantes en Lima habían llegado desde regiones andinas remotas, donde decenas han muerto en medio de disturbios que han sumido a gran parte del país desde que Pedro Castillo, el primer líder peruano de origen rural andino, fue acusado y encarcelado después de que intentó disolver el Congreso, hecho ocurrido el mes pasado.
“¡Dina, renuncia ya! ¿Qué es eso que quieres con nuestro Perú?» dijo José Luis Ayma Cuentas, de 29 años, quien viajó unas 20 horas para llegar a la capital del país desde la región sureña de Puno, que ha sido el sitio de la violencia estatal más mortífera durante el último mes. “Nos quedamos hasta que ella renuncie, hasta que se disuelva el Congreso, hasta que haya nuevas elecciones, de lo contrario no vamos a ningún lado”.
Hasta hace poco, las protestas se habían producido principalmente en la región sur de Perú, con un total de 55 muertos y 700 heridos en los disturbios, principalmente en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes ahora quieren que Lima, hogar de alrededor de un tercio de la población de Perú de 34 millones, sea el punto focal de las manifestaciones que comenzaron cuando Boluarte, quien era entonces vicepresidente, asumió el cargo el 7 de diciembre para reemplazar a Castillo. Las protestas provocaron la peor violencia política que se ha visto en el país en más de dos décadas.
Fuente: AP
