La muerte de la reina Isabel II daría comienzo a un minucioso protocolo que comenzó a gestarse en la década de los 60, con el nombre Operación Puente de Londres (Operation London Bridge), un operativo que recoge los pasos a seguir en las horas y días posteriores al fallecimiento de la monarca más longeva de la historia del Reino Unido.
El propio día del deceso se denomina «Día D» y las jornadas siguientes ‘D+1’, ‘D+2’, y así sucesivamente.
«El puente de Londres ha caído» es la frase que pronunciaría Edward Young, el secretario privado de la reina para dar la noticia. Y en pocos minutos todos los líderes mundiales serán informados del fallecimiento de la monarca.
El plan incluye a los medios de comunicación británicos: BBC Two suspende la programación programada y tome la programación de BBC One para transmisión del anuncio.
Además, la BBC News también tendrá presentadores con ropa oscura y corbatas negras.
Se lanzarán 41 cañonazos en señal de respeto y empezará también el camino hacia la sucesión.
El sector financiero también deberá regirse por la operación. La Bolsa tendrá que cerrar.
Tras el deceso, el Consejo de Adhesión se reúne, según lo previsto, en el Palacio de St. James para proclamar al nuevo rey y la Cámara de los Comunes convoca una sesión para que los parlamentarios juren lealtad al nuevo monarca. Las banderas ondearán a media asta y habrá múltiples avisos tanto en la web de Buckingham como en la entrada del propio Palacio. Además, Carlos tendrá que dirigirse a la nación en un discurso televisado y se guardará un minuto de silencio.
Según la operación Puente de Londres, al morir en Escocia (en la residencia de Balmoral) el responso más inmediato tendría lugar en la catedral de Edimburgo. Carlos deberá iniciar una gira por el resto de países del Reino Unido, con visitas a Edimburgo, Belfast y Cardiff.
Fuente: Unión Radio