Al menos dos personas fallecieron este jueves 17 de julio, a causa de un ataque lanzado por el Ejército de Israel contra la Iglesia de la Sagrada Familia de la ciudad de Gaza, la única existente en la Franja.
La Defensa Civil de Gaza señaló que en la iglesia había unas 400 personas desplazadas que habían buscado refugio en las instalaciones antes del ataque, mientras que el Patriarcado Latino de Jerusalén confirmó que entre los heridos está el padre Gabriel Romanelli, cercano al fallecido Papa Francisco, a quien dio numerosas actualizaciones sobre la situación durante la ofensiva israelí.
Cáritas Jerusalén precisó que el suceso tuvo lugar en torno a las 10.10 horas (hora local) y ha detallado que el lugar era «un santuario para civiles desplazados». «La explosión ha tenido lugar cerca de la cruz en el tejado de la iglesia, expandiendo metralla y cascotes por todo el patio», afirmó en un comunicado en Facebook.
«Durante la última semana, el padre Gabriel Romanelli pidió a la gente que permaneciera dentro de sus habitaciones debido a que los ataques intentos en los alrededores y las operaciones militares habían provocado que la zona fuera cada vez más peligrosa. Ayer la amenaza fue especialmente grave por la presencia de carros de combate israelíes cerca del complejo de la iglesia y los continuos bombardeos en los alrededores», manifestó.
Israel se pronuncia
El Ejército de Israel señaló en un mensaje en su cuenta en X que «es consciente de las informaciones sobre daños causados a la Iglesia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza y sobre víctimas en el lugar», antes de asegurar que el suceso está siendo investigado.
«Las circunstancias del incidente están siendo revisadas. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevan a cabo todos los esfuerzos posibles para reducir los daños a los civiles y las estructuras civiles, incluidos los lugares religiosos, y lamentan cualquier daño causado a los mismos», indicó.
La ofensiva contra Gaza, lanzada en respuesta a los ataques del 7 de octubre de 2023 –que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según el Gobierno israelí–, dejó hasta la fecha cerca de 58.600 palestinos muertos, tal y como denunciaron las autoridades del enclave palestino, controladas por Hamás, si bien se teme que la cifra sea superior.
Europa Press
