Llegó a pensarse que nunca sucedería, pero el Papa Francisco visitará finalmente su país natal, Argentina, once años después de haber sido elegido como el máximo jefe de la Iglesia católica.
El anuncio no fue hecho oficialmente aún por el Vaticano, pero Jorge Bergoglio hizo llegar el mensaje a sus interlocutores habituales en el país para que difundieran la novedad: el plan es visitar, tras la Semana Santa de 2024, Argentina, Uruguay y alguna ciudad del sur de Brasil.
¿Por qué Bergoglio demoró tanto y por qué finalmente visitará Argentina? «Un factor estimado es la edad y la salud del Pontífice, que ha superado la crisis, pero se siente ya mayor y que tiene una deuda con el país. Antes no vino porque el proceso político local le hizo temer que fuera prenda de discusión y debate, en un país en donde la Iglesia no tiene problemas como en otros lugares del mundo», señaló el analista Ignacio Zuleta en ‘Clarín’.
Bergoglio es objeto de discusión en su país, donde muchos le achacan una cercanía con el peronismo y un trato injusto a referentes de la oposición, como fue el propio presidente Mauricio Macri entre 2015 y 2019. Pero recientemente, el Papa hizo declaraciones públicas en las que aseguró que el Gobierno de Cristina Kirchner buscó que fuera condenado por la Justicia en sus años de arzobispo de Buenos Aires, aunque no pudo hacerlo.
Lo que es indiscutible es que Bergoglio no siguió los caminos del polaco Karol Wojtyla, conocido como Juan Pablo II, ni del alemán Joseph Ratzinger, que gobernó la Iglesia bajo el nombre de Benedicto XVI.
OTROS PONTÍFICES
Wojtyla fue elegido Papa en 1978 y visitó Polonia al año siguiente, un peregrinaje de nueve días que sacudió los cimientos sociales y políticos del país, por ese entonces bajo el yugo de la Unión Soviética. Juan Pablo II elevó la autoestima de sus compatriotas, a los que visitaría en ocho ocasiones más.
En 2005, Ratzinger visitó Alemania apenas cuatro meses después de haber llegado a la silla de Pedro.
Tanto Wojtyla como Ratzinger tenían una ventaja respecto de Bergoglio, la cercanía geográfica del Vaticano y sus respectivos países: el vuelo de Roma a Buenos Aires implica 13 horas, aunque el Papa ha dado la vuelta al mundo, y el hecho de que no haya visitado su país en más de diez años sorprende a muchos argentinos e incluso ofende a unos cuantos.
Según la prensa argentina, Francisco eligió visitar Argentina en 2024 porque el país tendrá un Gobierno recién estrenado tras las elecciones de fines de este año: «En la consideración del Vaticano, la llegada de un nuevo gobierno desde diciembre disipa la amenaza de que su presencia pueda ocasionar divisiones. En cualquier escenario ve que puede llegarse a una agenda de entendimiento entre las fuerzas políticas que no tiene retorno».
Clarín aseguró que el Papa argentino, que para las fechas de la visita tendrá 87 años, no convocará a sus fieles en Buenos Aires, la mayor ciudad del país y una de las 20 más grandes del mundo.
«El plan de la visita, diseñado para viajes anteriores que no se hicieron, eludirá en lo posible la Capital Federal. Prevén ceremonias en el sur (Neuquén), alguna ciudad del conurbano (La Matanza), y el Norte (Salta o Tucumán)».
El propio Francisco había anticipado en abril de este año, en una entrevista con el diario argentino La Nación, que quería visitar su país.
«Quiero ir al país el año próximo», dijo el Papa, que pidió que no se lo vincule «con la política argentina». Un pedido que encierra una paradoja, ya que Bergoglio es un religioso de gran astucia política que se involucró de lleno en temas de su país en sus primeros años en el Vaticano.