El presidente Nicolás Maduro confirmó públicamente que sostuvo una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hace aproximadamente diez días. Durante un acto transmitido por la televisión estatal, Maduro reveló que la llamada se originó desde la Casa Blanca y fue recibida en el Palacio de Miraflores. A pesar de la amplia cobertura mediática internacional sobre el tema, Maduro indicó que había optado por la «prudencia diplomática» antes de referirse a este intercambio de alto nivel.
El mandatario venezolano explicó su decisión de mantener el silencio en primera instancia, citando la importancia de la discreción en asuntos sensibles. «Yo aprendí de seis años de canciller a la prudencia diplomática… A mí no me gusta la diplomacia de micrófono. Cuando hay cosas importantes, en silencio tienen que ser hasta que se den», expresó, haciendo referencia a la escuela de su «maestro», el comandante Chávez.
Maduro insistió en que la conversación se desarrolló en un tono de «respeto» e incluso la calificó de «cordial» entre el presidente de Estados Unidos y el presidente de Venezuela. Más allá del tono, el líder venezolano dejó abierta la puerta a un posible camino de acercamiento diplomático entre ambas naciones, que mantienen tensas relaciones.
«Si esa llamada significa que se están dando pasos hacia un diálogo respetuoso de Estado a Estado, de país a país, bienvenido el diálogo, bienvenida la diplomacia. Porque siempre buscaremos la paz», concluyó Maduro. Esta revelación marca un punto de inflexión potencial en las comunicaciones directas entre Caracas y Washington.
