Este jueves 28 de agosto, el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León alertó que el «las amenazas de intervención elevan la incertidumbre en la economía” nacional, tras la movilización de buques estadounidenses en el mar Caribe.
A través de su cuenta de X, León explicó que, a su juicio, la economía venezolana responde a dos factores: «la realidad y las percepciones».
Para León en lo real, «la producción petrolera sigue activa, con flujos hacia Estados Unidos y China, y las divisas continúan entrando mediante pagos tradicionales y alternativos (stablecoins y criptomonedas)».
Aseveró que «el gobierno concentra la asignación de divisas y controla permisos de importación de bienes no prioritarios para reducir compras externas, equilibrar la balanza comercial y proteger sus reservas, aunque esto representa también una amenaza de aumento de controles, que puede resultar en un paso atrás en la estrategia de apertura económica que le había funcionado previamente.»
Señaló que mientras esto pasa, «resulta evidente que el gobierno busca reforzar su relación con China y aunque este será un proceso más largo y complejo, no hay duda de que ha iniciado con fuerza y veremos algunos impactos en breve».
Mientras que «en lo perceptual», el experto señaló que «el ruido político y las amenazas de intervención elevan la incertidumbre. No se prevé una invasión militar, pero sí persisten dudas sobre hasta dónde puede llegar la presión estadounidense para dificultar y encarecer la exportación venezolana en el mercado informal o impulsar sanciones personales».
Objetivos de las «amenazas extranjeras» según León
El especialista llegó a la conclusión de que la intención que tiene Estados Unidos con la movilización militar en el mar Caribe es «forzar fracturas internas en el chavismo y especialmente en la organización militar».
«Pero ver los llamados públicos que la oposición y gobierno norteamericano hacen a ese sector para que se rebele, introduciendo amenazas si no lo hace, parece indicar que no hay puentes directos para negociar con ellos, lo que hace extremadamente poco probable el éxito de esta estrategia», añadió.
Reconoció además que «eso no quita que el efecto concreto de ese intento sea negativo sobre el sector empresarial y la población en general. Crea un entorno con mayores costos, desequilibrios cambiarios, desconfianza e incremento de controles. La incertidumbre hiperestimula la demanda de divisas como refugio, alterando la estabilidad cambiaria», aseveró.
«La economía mantiene, sin embargo, un comportamiento heterogéneo: alimentos, medicinas y automotriz crecen significativamente, mientras otros sectores, no esenciales o no receptores de divisas, retroceden o se estancan», puntualizó.
